Las vacaciones de una jubilada
http://www.aviaciondigitalglobal.com/noticia.asp?NotId=12062&NotDesignId=4
|
||||
John White | ||||
Doña Carmen, una jubilada madrileña de 70 años y viuda, ha quedado con sus amigas, también jubiladas, en el aeropuerto de Madrid Barajas para pasar una semana en Málaga. Han comprado un paquete turístico muy barato a una agencia de viajes de su barrio. Doña Carmen ha trabajado de asistenta toda su vida, ha criado a tres hijos, y recientemente enviudó. Disfruta de una mínima pensión contributiva, pero se va apañando. Ya sin obligaciones familiares o laborales, Doña Carmen ha decidido que los años que le queden de vida va a intentar disfrutar un poco, y alberga la secreta esperanza de echarse un novio. |
||||
Al llegar a la terminal 2 de Barajas, un simpático muchacho con una sonrisa "profiden" les recibe en el mostrador de facturación de Ryanair. Doña Carmen y sus amigas se han puesto guapas para el viaje, porque antes, para viajar en avión, la gente se arreglaba mucho. Se acuerda de las películas de Doris Day y de "Gar Gable", como ella le llamaba, y le hace mucha ilusión coger un avión, porque solo ha cogido dos en su vida.
La terminal 2 de Barajas ha sido reformada recientemente a precios desorbitados, después de haber mantenido durante muchos años un aire sesentero a lo turista sueca 1 millón, que le daba cierta gracia (y cierto olor). Los oropeles y los mármoles están por doquier. Justo ese mismo día, se ha convocado una rueda de prensa en Barajas para presentar las 200 máquinas quitanieves que se compraron después de unas navidades blancas y retrasadas el año anterior. La anterior ministra se fue a Rusia en un viaje relámpago para firmar el acuerdo, poco antes de su cese fulminante. En Rusia visitó, además, un conocido balneario de aguas termales, que le supo a gloria. La ex-presidenta de todo el cotarro aeroportuario y navegatorio, viendo venir cierta marejada política que habría dañado su imagen como gestora, se ha refugiado como presidenta de cierto parque empresarial que ha quedado "disponible" tras una conocida feria mundial en Zaragoza, porque el que construyó esos pabellones de congresos fue el jefe del actual presidente del cotarro aeroportuario navegatorio, y la ha podido colocar.
Una hora más tarde Doña Carmen y sus amigas, muy emocionadas por el viaje, ya se encuentran a borde del Boeing 737 serie 800 de Ryanair, aparcado en "Tango 12", uno de los numerosos "fingers" de que dispone el aeropuerto de Barajas. La puerta de la cabina está abierta, y el comandante está firmando unos papeles, que son el manifiesto de carga del avión. En ese manifiesto, consta cuánto combustible han cargado en el avión para su vuelo a Málaga, y la cifra asciende a varios miles de litros, que se almacenan bajo las alas. La agudeza visual de Doña Carmen ya no es muy buena, así que no puede distinguir lo que pone en ese papel, ni tampoco lo que pone en inglés en una placa remachada cerca de la puerta de la cabina, y que viene a decir que ese avión es propiedad de una sociedad de inversiones de Abu Dabi, en los Emiratos Árabes Unidos. A Doña Carmen le cuesta coger postura en el asiento, manchado de grasa y muy estrecho. Doña Carmen, que ha sido asistenta muchos años pero que es leída y de buenas maneras, sabe que ese avión no lo han limpiado muy a menudo, y se lo comenta a sus amigas, que inician entonces una conversación sobre los años dorados de la aviación en el cine.
La historia empresarial de Ryanair, presidida hoy por D. Michael O’Leary y fundada por Tony Ryan en 1985, inició su flamante andadura del desastre en el sector aeronáutico cuando uno de sus vuelos "low cost" se estrelló en Homer, Alaska, el 23 de Noviembre de 1987. Entonces el transporte aéreo vivía un momento boyante, había dinero de sobra para todo el mundo, y por lo general no se escatimaba en gastos. Aún así, murieron 18 personas y Ryanair tuvo que pagar las indemnizaciones correspondientes por las víctimas así como las costas del juicio.
Sin embargo, Ryanair es la aerolínea más rentable del mundo y el mayor transportista de bajo coste de Europa. Ryanair es la única compañía aérea que ha aumentado su frecuencia de vuelos en el ultimo año en España. Ha establecido una política de competencia en el sector, que inevitablemente hará reflexionar al resto de compañías aéreas sobre como copiar su modelo de negocio para obtener beneficios y poder así competir en la tarta aeronáutica. Binter Canarias les observa con ojos golosos.
La política de "optimización de costes" de Ryanair se caracteriza por una serie de medidas inauditas en toda la historia de la aviación (desde que volaba Doris Day las cosas han cambiado mucho). Según se oye por ahí en los mentideros de la aviación y de boca de sus pasajeros:
– Los pilotos, que no son españoles, así como el resto de la tripulación, se pagan su formación, su alojamiento y manutención. La compañía no cubre estos costes.
– A bordo te intentan vender otro billete.
– Sortean billetes por internet.
– Hacen reservas masivas en hoteles de segunda, con el compromiso de llenarlos de jubilados.
– Las tripulaciones son contratadas horas antes de que comience el vuelo, y algunos son despedidos pocas horas después de que el avión llegue a su destino. Algunos pilotos incluso pagan a Ryanair por volar, para así no perder su habilitación.
– Los aviones no son en propiedad: en el mejor de los casos han contratado un "leasing" con alguna empresa de inversiones (cosa que también hace Spanair).
– A Doña Carmen y a sus amigas ya no les dan la bandejita de cattering, aquellas tan monas que hace años se solían ver en los aviones.
– Circula cierto rumor sobre la cantidad de combustible que cargan en sus aviones, inferior al reglamentario, o desde luego inferior al que cargan otras compañías. Ese rumor se reafirma atendiendo al número de veces que declaran "corto de combustible" para colarse en la secuencia de aproximación, sin declarar emergencia. Este rumor sería fácilmente confirmable haciendo que se contasen los litros de combustible (o kilos, como se suele expresar) a la llegada del avión a su destino.
– El mantenimiento técnico de esos aviones no se sabe quien lo hace.
Los beneficios de Ryanair crecen un 28% a pesar a de las adversidades de la industria y de la crisis mundial. Han sometido al sector aéreo español a un "dumping" que les va a forzar a adoptar las misma prácticas empresariales. Los prestatarios de los servicios de navegación y las autoridades aeronáuticas, en lugar de enmendarles la plana, les rebajan las tasas, para llevar aviones a aeropuertos ruinosos, construidos bajo alianzas políticas y afán de recaudar votos y comisiones.
Como justiprecio, el Sr. O’Leary saca la cara por el que ha hecho un descuento públicamente, AENA, todo ello debidamente proyectado a la opinión pública por los medios de comunicación afines a la causa. Hay que destacar que Mr. O’Leary inició su carrera empresarial fundando una agencia de noticias (Walkinstown), por lo que conoce muy bien las estrategias de comunicación y marketing.
O’Leary tiene fama de decir todo lo que piensa de la industria aérea y sus legisladores. Muchos periódicos lo describen en sus artículos como arrogante, y de hacer comentarios que luego tiene que retirar. Es extravagante en sus declaraciones públicas, recurriendo a veces a los ataques personales y a un lenguaje de insultos. Su agresivo estilo de dirección, siempre encaminado a la reducción de costes y su explícita actitud hostil hacia los directivos de sus competidores, las autoridades aeroportuarias, los gobiernos, y sindicatos se ha convertido en su tarjeta de bienvenida. Recientemente se vio obligado a desdecirse de su anuncio de que Ryanair había reducido las emisiones de carbono a la mitad durante los últimos cinco años. O’Leary ha sido acusado de tratar mal a un periodista que hacía un reportaje informativo para un periódico sobre un incidente de seguridad en un vuelo de Ryanair. Una ventaja de esta actitud tan controvertida es la elevada publicidad gratuita que genera: efectúa los comentarios durante el lanzamiento de una nueva ruta, o de una oferta especial. Las noticias con elevados números de telespectadores suelen hacer mención a sus frases memorables y controvertidas.
En una conferencia de prensa sobre los futuros vuelos intercontinentales, con el nombre RyanAtlantic, O’Leary describió la experiencia de viaje en primera clase como "camas gratis y mamadas."
En 2004 adquirió un tacógrafo para su Mercedes-Benz para posibilitar que se le calificase como taxi para que pudiese utilizar legalmente los carriles de autobús de Dublín para reducir sus tiempos de viaje en coche por la ciudad. Un reportaje de prensa dijo que había sido detenido mientras conducía su propio taxi. En 2005 el ministro de transporte de Irlanda expresó su enfado con los abusos de O’Leary y otros.
Ryanair paga sus impuestos societarios en Irlanda (o tal vez no), pero no es España. Sin embargo en España ha encontrado un mercado potencial enorme en el que las autoridades le ríen sus bufonadas de devorador de patatas venido a más cuando se disfraza de Santa Claus o de torero al iniciar operaciones en un aeropuerto.
Mi madre siempre me dijo que nadie vende duros a 4 pesetas (rompamos una lanza por la antigua moneda española). Es muy sospechoso que una compañía aérea extranjera crezca tanto en España y tan rápido, cuando las demás se hunden (o eso dicen).
Doña Carmen trata de ponerse cómoda en su asiento (cosa imposible) y comenta la forma de las nubes con sus amigas: le espera una navegación hacia su destino en la que su vuelo será controlado por unos 20 controladores aéreos en todo momento, que se pasarán el vuelo unos a otros como un chino va haciendo girar unos platos sobre unos palillos, y a los que su empresa quiere defenestrar públicamente, acusándoles de la multimillonaria deuda que sus gestores han contraído, con el auxilio mediático del tal O’Leary.