El “blanqueo” de AENA (y 3)
• Sería bueno que el Sr. Blanco y la Dirección General de Aviación Civil explicaran cómo van a impedir el crecimiento brutal de costes que las inevitables deseconomías de escala produzcan por el fraccionamiento de los servicios entre varias empresas, multiplicando los cargos y sueldos políticos que eso conlleva, cuando se transfiera a las taifas locales la gestión aeroportuaria .
Tal como se ha argumentado en los artículos anteriores, el abultado déficit actual de AENA, se ha generado por una política de inversiones en infraestructuras más que discutible. Los necesarios aunque prudentes planes de construcción o ampliación de terminales iniciados por el entonces Ministro de Fomento, Sr. Álvarez Cascos, se proyectaron y programaron de forma tal que su coste se cubría con los beneficios generados por toda la red de aeropuertos. Fue a partir de la llegada primero de Doña Magdalena Álvarez y de Don José Blanco después, cuando la situación se invirtió drásticamente, pasando de tener beneficios y remanente en caja hasta acumular un déficit actual de más de 12.000 millones de euros. Conviene tener presente que AENA ha adjudicado obras por más de 50.000 millones de euros desde el año 2004.
También conviene recordar que antes, las obras, eran financiadas en su totalidad con los ingresos provenientes de las compañías aéreas, que vuelan o sobrevuelan nuestro país y usan la red de aeropuertos españoles, mientras que ahora es necesario tirar de los Presupuestos Generales del Estado, es decir, pagar con el dinero de todos recaudado con impuestos, usen o no los aeropuertos.
Esta curiosa formula para socializar los excesos y la mala gestión y planificación, necesita unos chivos expiatorios a los que culpar de todos los males. Y por eso presentan ante la opinión pública a los controladores aéreos como los malos de la película. No se dice que en realidad sus sueldos, aún siendo sustanciosos, siguen estando cubiertos, como antes, por las tasas de navegación aérea y no con dinero público. Con la misma técnica que se utilizó en Rusia con el libelo “Los Protocolos de los Sabios de Sión” para culpabilizar a los judíos de todos los males del universo mundo, se deriva ahora la frustración colectiva hacia un convenio colectivo en AENA, responsabilizándolo del desastre creado por los políticos, los de dentro y los de fuera de esta empresa pública. Además, en este caso, el Ministro alienta y calienta la caldera del deporte nacional: la omnipresente envidia nacional, injusta y desaforada las más de las veces. Otra vez, una nueva cortina de humo que oculta la realidad.
Se ha dicho que por culpa de los sueldos de los controladores, los aeropuertos españoles son los más caros de Europa. Es falso. Invito a los lectores a simular una factura en la Web de AENA y comprobar el desglose por conceptos para empezar a vislumbrar la auténtica realidad. Por ejemplo, simulando la factura mínima posible para un avión tipo Airbus A320, con 150 pasajeros a bordo, que aterrice en el aeropuerto de Gran Canaria, utilice sólo el servicio de pasarela y no una guagua, sin usar mostradores de facturación ni transportar carga, la factura sería de unos 1.696 euros. Pero lo relevante ahora es que de ese monto global, tan sólo 243,66 corresponden a los servicios de navegación y aproximación (controladores de AENA), aproximadamente un 14 % del total. El resto son cantidades que cobraría el gestor aeroportuario, caso de ser transferida por el Ministerio de Fomento a un proveedor de servicios de tránsito aéreo de aeródromo, privado o no, pero bajo competencia autonómica.
Teniendo en cuenta estas cifras y de seguir adelante con los planes que anuncia el RDL 1/2010, es difícil de entender cómo se puede decir, sin faltar a la verdad, que con la medida de “controlar” a los controladores se podrá bajar el precio de los billetes de avión. La arenga televisiva todo lo admite, pero la realidad económica es muy tozuda. Sería bueno que el Sr. Blanco y la Dirección General de Aviación Civil explicaran cómo van a impedir el crecimiento brutal de costes que las inevitables deseconomías de escala produzcan por el fraccionamiento de los servicios entre varias empresas, multiplicando los cargos y sueldos políticos que eso conlleva, cuando se transfiera a las taifas locales la gestión aeroportuaria. Muy probablemente inventarán la forma de explicarlo, como inventaron lo de que no había decrecimiento sino crecimiento negativo, ni parados sino beneficiarios del estado de bienestar, y que sería la legislatura del pleno empleo pero con pleno paro, etc. Sólo que para cuando se sea consciente de lo que ha pasado, ya será demasiado tarde, el desastre estará consumado y será irreversible. Y, tal vez, la red de aeropuertos en manos de inversores de terceros países.
Y por último, hay dos detalles que, a mi modesto entender, resultan relevantes. Uno sería saber quienes, cómo y porqué tan sólo dos controladores, dicen que sindicalistas, llegaron a cobrar 900.000 euros sin que, al parecer sus jefes pudieran o quisieran impedirlo. ¿Qué mecanismo legal usaron? La segunda cuestión es también sorprendente. En el preámbulo del RDL se dice que los controladores son empleados públicos de la empresa AENA. Siendo así, resulta poco congruente que se pueda escribir en el argumentario que el PSOE ha repartido, “que la organización del trabajo sigue en manos de los controladores impidiendo a AENA garantizar la continuidad del servicio” y que “la planificación, organización y control del servicio de navegación aérea corresponda en exclusividad a AENA, que será quien determine las plantillas de controladores en cada dependencia”. ¿Será que en Fomento están pensando que los cargos políticos, no especialistas, dicten los criterios técnicos y operativos? Al parecer, y según se puede leer en la prensa especializada, eso ya sucedió en Barajas a las 48 horas del Decretazo, causando el caos y largas esperas de aviones hasta que la cordura imperó de nuevo. Aún se espera conocer las explicaciones públicas de la responsable de Navegación Aérea, Doña Carmen Librero, que a su vez pidió al Jefe de Torre y al Jefe de Sala con amenazas de expedientes. ¡Que la Virgen de Loreto, patrona de la aviación, nos proteja a todos!
José Fco. Fernández Belda, Ingeniero Industrial Superior Graduado Social
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