Un aeropuerto en el desierto
Carlos Salas.
El tren cruzaba los páramos castellanos y a lo lejos vi un edificio gris metálico recién construido. Pensé que era una fábrica de nueva tecnología, un laboratorio biológico, o un centro de investigación genética. Mientras más se acercaba el tren, más hermoso parecía el edificio. Por fin lo pude ver: era muy moderno, estaba junto a la estación del AVE, pero el tren no se detuvo sino que siguió veloz, y cuando vi la otra cara del edificio, apareció una avioneta. Una sola avioneta estacionada. Ajá, de modo que éste es el famoso aeropuerto.
Acababa de pasar junto al aeropuerto de Castilla-La Mancha. Estaba vacío. Triste. Sin tráfico de aviones ni turistas saliendo con maletas. Luego pensé, ¿qué demonios hace un aeropuerto en medio de la estepa castellano-manchega?
Nada. No hace nada.
El aeropuerto de Castilla-La Mancha es uno de los proyectos más absurdos del universo. Es un proyecto que llevaron a cabo empresas privadas. Fue financiado con dinero de CajaSur, con lo cual ahora se entiende por qué esa caja andaluza tenía problemas financieros: se puso a financiar estupideces.
Encima, las empresas querían que el Gobierno de su comunidad les ayudara porque el aeródromo tiene unas deudas de 163 millones de euros, pero su capital es de 156 millones de euros.
La sociedad gestora del aeropuerto pidió un aval a la comunidad manchega por valor de 140 millones de euros. Cuando se iba a debatir este aval, el presidente de la comunidad pidió tiempo para negociar con el PP. Resulta que el PP quiere que se expropie el aeropuerto para que sea “de todos los castellano manchegos”.
Esta semana se declaró la suspensión de pagos. CajaSur reclama 19 millones de euros.
¿Y qué pinta un aeropuerto allí? ¿Acaso Ciudad Real es un foco de atracción turística? Salvo las jornadas de teatro en verano en Almagro, ¿hay algún movimiento de masas alrededor de esa zona? ¿Quieren cientos de miles de finlandeses conocer las Tablas de Daimiel? ¿Habrá muchas líneas aéreas interesadas en abrir una ruta Estocolmo-Ciudad Real, o Praga-Ciudad Real?
El aeropuerto está junto a una estación del AVE. Se tarda una hora en llegar en tren desde Madrid, con lo cual ¿para qué coger el avión? Un trayecto en avión desde Madrid llegaría al aeropuerto antes de que cerraran las puertas y dieran las instrucciones para ponerse el chaleco salvavidas.
En los últimos 15 años España se ha llenado de aeropuertos como el de Ciudad Real. Las comunidades autónomas no sólo querían tener un canal de televisión público (que pierde dinero), a veces dos canales, sino que querían todas una estación del AVE y un aeropuerto. Peor aún, todas las comunidades querían tener un international airport, y el de Castilla-La Mancha es eso: international airport… muerto de hambre.
Pienso que las infraestructuras que se han hecho en este país desde los años ochenta han sido en su mayor parte magníficas. Pero, ¿necesitábamos tantos aeropuertos? Cuando la gente me pregunto dónde está el dinero de estos años de locura financiera, siempre les señalo alguna obra privada como conjuntos de chalets vacíos y les digo: ahí ha ido. Ahora añado “aeropuerto internacional de Royal City, Ciudad Real”.
Leo en la página web del Aeropuerto de Ciudad Real que dos líneas operan en esa plaza: Air Berlín y Ryanair. El complejo ha movido 10.000 pasajeros este año, y tiene conexiones con Londres y Palma de Mallorca. ¿Saben cuántos pasajeros movió en el mismo lapso en el 2009? Muchos más: unos 18.000. O sea, había entrado en barrena.
Se llama oficialmente Aeropuerto Central Ciudad Real (se pretendía llamar Don Quijote), no había costado nada a los ciudadanos porque lo financiaban empresarios con una dudosa visión de los negocios, y CajaSur, con visión aún más dudosa. Querían pasarle el marrón al Estado, y que los ciudadanos apechugasen con la inversión.
No.
Fue un error empresarial. Fue un error de la Administración por dar permisos para construir un aeropuerto que no iban a usar ni los descendientes de Don Quijote. Hace unos meses, un controlador aéreo me explicaba que gran parte de sus elevados salarios se debía a que España se había llenado de aeropuertos inútiles, y que casi había más aeropuertos que controladores. Como tenían que hacer horas extras, se las pagaban a precio de oro. Pero muchos controladores no hacían nada en esos complejos solitarios porque no había tráfico de aviones. Me explicaba que el controlador del nuevo aeropuerto de Burgos “se pasa el día viendo películas en el reproductor de DVD”.
Supongo que el controlador del Aeropuerto de Ciudad Real intercambia películas con su compañero de Burgos. Los dos se aburren tanto…
http://www.estrelladigital.es/blogs/carlos_salas/Aeropuerto-desierto_7_748795117.html