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Entrevista al Presidente de USCA Camilo Cela en ABC

«No se puede mantener este nivel de tráfico aéreo con la plantilla actual».

El nuevo representante del sindicato mayoritario de los controladores aéreos revela los primeros pasos en las negociaciones con AENA.

Advierte de que el modelo actual pone en peligro la seguridad del servicio aéreo y anuncia que pondrán fin al «ejercicio de silencio»

LUIS M. ONTOSO / MADRID
Día 11/07/2010

Abandonados por la mayoría de los partidos políticos, que arroparon al Ejecutivo en la convalidación del decreto ley que en febrero cercenó su convenio y les arrebató la organización del trabajo, los controladores aéreos han decidido mostrar su perfil más conciliador. El pasado 24 de junio, Camilo Cela tomó posesión de la presidencia de USCA (la Unión Sindical de Controladores Aéreos, el sindicato mayoritario del colectivo), relevando a Juan María García, integrante de la «línea dura» del sindicato que no se andaba con tapujos a la hora de calificar el acoso a los controladores de «campaña política» orquestada por el Gobierno para recuperar lo que «no tiene, la credibilidad».

Después de meses de continuos desencuentros con la mesa negociadora de AENA, la irrupción en escena de Cela —sobrino del célebre escritor— ha generado un clima de entendimiento con el Ejecutivo hasta ahora impensable. El elocuente gesto del ministro de Fomento, José Blanco, que el martes pasado acusó en el Senado a las aerolíneas de atribuir los retrasos injustamente a los controladores, no se comprende sino como fruto de este nuevo marco de conversaciones. ABC recibe a Cela en la primera entrevista que concede como presidente de USCA.

—¿Es posible un acuerdo con Fomento a corto plazo?

—En la primera reunión que tuvimos la semana pasada con el presidente de AENA por Juan Ignacio Lema así se lo propusimos. Pensamos que es posible. Sabemos qué artículos y qué aspectos resultaron afectados por la ley. Aquellos que quedaron intactos podrían constituir la base del nuevo convenio.

—Si no me equivoco, AENA no ha modificado un ápice sus propuestas de negociación…

—El pasado martes nos encotramos a los mismos interlocutores. Nosotros hemos cambiado el aspecto sindical, las caras visibles, la mesa negociadora, la actitud. Nos gustaría un cambio similar en la parte empresarial.

—Se les acusó de beligerancia. ¿Se producirían movilizaciones o huelga si se tensan tanto las relaciones como antes de la aprobación del Real Decreto?

—Desmiento la supuesta beligerancia de los controladores. Llevo más de veinte años en esta profesión y nunca he hecho huelga. Ni yo ni un gran porcentaje del colectivo. La huelga es un derecho constitucional de todos los trabajadores. Pero, repito, niego que estemos proyectando hacer huelga este verano.

—¿En qué basan sus peticiones?

—Queremos normalizar nuestra vida. El Real Decreto que, posteriormente, se convirtió en ley supuso un cambio significativo en las condiciones del colectivo, algo que no sólo nos perjudicó económicamente, sino que varió de forma radical el sistema de programación de turnos y de servicios. AENA tiene la capacidad de programar servicios cuando lo desea, privándonos incluso de planificar nuestro tiempo libre. Y lo que es peor: la aplicación que está efectuando AENA de la ley, basándose en criterios económicos, está rebajando las dotaciones de controladores en las dependencias. Eso supone un obstáculo más a la hora de garantizar la seguridad de los servicios.

—¿Por qué en la seguridad?

—La seguridad la garantizamos en la medida que podemos, tratando de alcanzar el 100%. Si se desea preservar el máximo nivel de seguridad, no se podrá mantener la misma cantidad de tráfico aéreo con las actuales dimensiones de la plantilla. De ahí proceden parte de las demoras.

—¿Esto significa que se producirán más retrasos?

—La política de AENA de reducir personal y posiciones de control genera caos en el aire y eso es malo, para todos. Una alternativa consiste en reducir el tráfico de clientes. Pero, en ese caso, nos acusarían de que estamos en huelga, de que se están provocando a propósito las demoras. Si se quiere imprimir más seguridad y calidad en el servicio, se necesita admitir a menos gente. Durante veinte años hemos hecho un ejercicio de silencio que ha sido muy gravoso para nuestra imagen pública.

—Digamos que existía un pacto de silencio…

—No lo llamaría pacto de silencio. Es una faceta de nuestra actividad como sindicato a la que no se le había dado importancia. Éramos partidarios de pasar desapercibidos. Pero ahora estamos en un momento distinto y tenemos que salir a defendernos. La campaña que se ha hecho contra nosotros fue salvaje.

—Se les acusa. incluso, de boicotear el control aéreo con el absentismo…

—En realidad existen más bajas laborales, firmadas por médicos de la seguridad social. Las acusaciones de absentismo resultan infundadas.

—Ustedes aseguran que Fomento difundió datos inexactos sobre sus asignaciones salariales.

—Desconozco la situación de cada controlador, pero le puedo decir que los datos que dio Fomento eran manipulados y no representaban la situación de todo el colectivo. Un controlador de un centro pequeño, como el de La Gomera, puede tener una nómina ligeramente superior a los 50.000 euros anuales.

http://www.abc.es/20100711/economia/puede-mantener-este-nivel-20100711.html

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