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Controladora aérea de baja médica por ansiedad: “La sociedad está pagando la mala gestión de Aena”

El Mundo, Islas Baleares.
María José García / Palma

En Barcelona ayer faltaron 13 de los 61 controladores convocados a sus puestos según Aena. Y en Francia, sus colegas se pusieron en huelga. Resultado: 17 anulaciones de vuelos y numerosos retrasos en las islas. EL MUNDO habla ante esta situación con una de las controladoras aéreas, supervisora de la Torre de control de Son Sant Joan, actualmente de baja. A Principios de julio, un médico de Aena la atendió en la propia Torre. «Me diagnosticó un cuadro de ansiedad aguda». ¿La causa? «Una sobrecarga de trabajo».

Pregunta- ¿Por qué la situación psicológica de un controlador es tan importante?

Respuesta- Los controladores somos seleccionados, entre otras cosas, por nuestra fortaleza psicológica a la hora de afrontar situaciones de conflicto. Pero una cosa es afrontar un incidente aislado y otro manejar a diario durante ocho horas una situación de tensión extrema debida a la falta de personal. Si donde debía haber nueve controladores la empresa programa cinco, los que están trabajan el doble, y le aseguro que si está establecido que sean nueve es por algo. He leido comentarios irónicos sobre el estrés de los controladores, pero es irresponsable frivolizar con un servicio público que implica la seguridad de miles de personas».

P- ¿Cuantos vuelos gestiona un controlador a la hora de media en la Torre de Palma?

R- Tenemos un cuadro sobre el que trabajamos los supervisores para gestionar el tráfico y sobre el que trabajaba la empresa para programar los turnos. Un movimiento es un aterrizaje o un despegue. El número de movimientos se ha incrementado hasta en un 30% por controlador, sin que medien estudios de seguridad ni de carga de trabajo como manda tanto la normativa nacional como europea. Además la reducción del tiempo de descanso incrementa notablemente la carga de trabajo, así como la fatiga. Todo esto sumado a las reducciones de personal nos llevan a una situación extrema.

P- ¿Es su primera baja?

R- Si. Nunca me había pasado esto, y llevo diez años.

P- ¿Se están viendo muchas en la Torre de Palma?

R- Ha habido más casos, y a medida que pasa el tiempo son más frecuentes por el cansancio.

P- ¿Se podría vivir una situación similar a la de Barcelona en Palma?

R- El ministro ha querido extender la falsa idea de que las bajas están planificadas. Como digo, es una idea falsa y, por tanto, nadie puede prever lo que sucederá en Palma, aunque si los gestores de Aena siguen presionando a los trabajadores con excesivos turnos de trabajo, personal escaso por turno y descansos cada vez más reducidos, no me extrañaría nada que aumentasen los casos de baja a causa del estrés.

P- Fomento os acusa de causar retrasos y de presentar bajas si preavisos, ¿está sucediendo así?

R- Todo lo contrario. La empresa está incluyendo en lo que llama absentismo laboral no solo las bajas por incapacidad de larga duración, y por tanto perfectamente previstas, sino también los permisos que ella misma concede a través de recursos humanos: maternidad, matrimonio… Las bajas sobrevenidas en la torre de control de Barcelona fueron las mismas.

P- ¿Está pagando la sociedad los platos rotos de un conflicto interno?

R- La sociedad está pagando la mala gestión de Aena y está siendo francamente engañada por la propaganda gubernamental, que busca eludir sus responsabilidades como gestores presentando al público una cabeza de turco. Aena es una empresa con un déficit de cerca de 13.000 millones de euros, pese a que hasta 2005 daba unos enormes beneficios. La inversión en obras faraónicas como la T4 de Barajas, y la construcción de aeropuertos con un único interés político, a sabiendas que son económicamente inviables nos ha llevado a esta situación. Pero mientras la gente hable del sueldo de los controladores no se preguntará por qué ha un aeropuerto, prácticamente, en cada provincia, o por qué se está intentando domesticar a los controladores justo cuando es sabido que hay un proyecto para privatizar el servicio de control.

P- ¿Cuales son sus reivindicaciones actualmente?

R- Solo pretendemos poder volver a hacer nuestro trabajo en unas condiciones que nos permitan conciliar nuestra vida familiar con nuestra vida laboral y realizar nuestras tareas sin que por ello peligre la salud.

P- Blanco platea poner en las torres controladores militares.

R- No creo que el ministro Blanco sea tan irresponsable. Los controladores militares son muy pocos, tienen una formación distinta a la de los controladores civiles, y desempeñan una labor esencial actualmente que alguien tiene que realizar. La experiencia francesa en ese sentido fue literalmente catastrófica. Todos los profesionales del sector se han pronunciado en contra, incluso los mismos militares pese a la obediencia debida. Si esa medida llegase a implementarse, ríase usted de las actuales demoras. Yo, controlador formado, con diez años de experiencia, necesitaría un año de formación para desempeñar mi trabajo en Madrid. Un militar necesitaría además toda la formación de base que diferencia nuestras profesiones. La sustitución inmediata, como propone el ministro, es una entelequia.

P- La sociedad no os lanza precisamente piropos, ¿como explicáis a los pasajeros lo que sucede?

R- La propaganda nos hace mucho daño, pero hasta ahora la inspección de la Seguridad Social nos ha dado la razón. Queremos que se investigue la veracidad de esas bajas. Cualquiera puede entenderlo: si en una clínica donde trabajan diez médicos al día la empresa decide de pronto programar turnos diarios de solo seis médicos para atender el mismo volumen de pacientes, la atención a ésgtos se ralentiza; pero la culpa no será de los médicos.

P- ¿Cuanto se os rebajó el sueldo?

R- Es importante que el público sea muy consciente de que el problema actual no es ese. El sueldo se nos rebajó hace tres meses notablemente, de un día para otro. Además se nos ha demonizado, como si nuestros sueldos los robásemos. Me gustaría que los lectores pensaran qué harían si de la noche a la mañana sus ingresos se redujeran a la mitad. Cualquier colectivo hubiera ido a la huelga el mismo día, pero la responsabilidad de los controladores es garantizar un sector de una importancia económica tan trascendental como es el tráfico aéreo aun a costa de nuestra salud. El problema hoy son nuestras condiciones laborales.

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