Camilo Cela, presidente de USCA: «Garantizar la seguridad con este acoso es complicado»
El presidente de USCA, Camilo Cela. / Foto: Matías Nieto
- Asegura que quiere «agotar la vía de negociación hasta que realmente no se pueda más con una única línea roja: la garantía de la seguridad y del descanso de los trabajadores»
- Camilo Cela Elizagárate preside el sindicato mayoritario de controladores aéreos (USCA) desde el pasado 23 de junio, en plena batalla con Aena
Camilo Cela Elizagárate, presidente del sindicato mayoritario de controladores aéreos (USCA) desde el pasado 23 de junio, ha aterrizado en el cargo en plena batalla con Aena. Profesional del sector desde 1986, Cela insiste en que el colectivo no quiere dinero sino tranquilidad, y critica el ‘rodillo’ del Ministerio de Fomento, que ha regulado el sector vía real decreto.
¿Porqué mantienen en el aire la posibilidad de la huelga sin convocarla?
Aena y Fomento se han metido en un charco del que es difícil salir al apostar por reglar nuestra profesión con reales decretos. Queremos normalizar nuestra vida, ya que tenemos turnos kafkianos y eso, en este trabajo, es peligroso. No criticamos el real decreto, sino que entren como elefante en cacharrería, en plena negociación, y lo impongan.
¿Qué tal se lleva ser el colectivo más odiado de España? ¿Le parece razonable un sueldo de 200.000 euros?
La demagogia del dinero es muy fácil, pero no nos habrá oído hablar de salarios que, por cierto, los que están diciendo no responden a la realidad. Éramos un colectivo bien pagado, pero hay compañeros cobrando dos mil y pico euros con turnos que no son normales en ningún lugar de Europa.
Su antecesor afirmó que eran los únicos que podían parar el país.
Aquello se sacó de contexto. Yo no creo que podamos ni que debamos parar España.
¿Porqué se ha llegado a esta situación?
Aena siempre ha jugado a tener una plantilla corta y a mantener el servicio a base de horas extra. Eso funciona con la voluntad de los trabajadores si se sienten con fuerzas. Completamente de acuerdo en que hay que abaratar el servicio, pero no a base de decretos. Tenemos cada vez más trabajo y somos cada día menos. Nosotros no hemos provocado la ley, y cuando se hace eso se debe tener un plan para aplicarla. Creo que ahora no les salen las cuentas.
Aena insiste en que piden más dinero.
Aena nos ha dicho que se quiere gastar 480 millones este año y después, de ahí hacia abajo. Quiere una tarifa plana y que saquemos el tráfico sea el que sea. Si el tráfico aumenta da igual. El dinero no es el escollo. En la mesa de negociación no discutimos la cantidad sino cómo lo repartimos. Aena dice que eso es ‘casus belli’: si me pides un céntimo más no entro ahí.
¿Cómo valora la actitud del ministro José Blanco?
Blanco está haciendo su papel. No entiendo porque no nos quiere recibir. No nos comemos a nadie. Solo tiene una versión, la de Aena, y la nuestra está avalada con papeles. Que me diga si el turno que hacemos es seguro, que permite compatibilizar la vida laboral y familiar y que permite el descanso.
Si Blanco no responde, ¿apuntarían más alto?
A mí no me importaría reunirme con quien haga falta. Aunque creo que el ministro es el más alto responsable de este asunto y me quedaría contento con que nos recibiera.
No parece que esté dispuesto ¿Será eso un lastre para la negociación?
No. La negociación es verdad que se lleva en la mesa, pero él puede desbloquear el problema si conoce nuestra situación real.
Dígame tres reivindicaciones que les harían olvidarse de la huelga.
Tener una programación coherente, no estar disponible los 365 días del año y saber cuándo puedes tener vacaciones sin que te las arrebaten en el último momento. El mundo de la aviación necesita flexibilidad, no se puede imponer todo.
¿Le está afectando la situación en el plano personal?
Llevo un mes y medio en el cargo de presidente, y espero no continuar mucho. Tengo ganas de llegar a un convenio y reorganizar la vida de los compañeros. Después, esto tiene que ser para alguien más joven, porque es agotador.
¿Cree que la actual situación pone en riesgo la seguridad en los aeropuertos?
Garantizar la seguridad en este estado de nervios con semejante acoso es muy complicado. Somos menos trabajando con la cantidad de gente que cae de baja. Es la pescadilla que se muerde la cola, y hay que pensar que no somos máquinas.
¿Echan en falta el apoyo de CCOO y UGT?
Sí, claro que lo echamos en falta. Esto es un atropello a los trabajadores e, independientemente de la remuneración, no dejamos de ser empleados. Esto se puede extender a otros colectivos. Deberían haber pensado antes en echarnos una mano. No por nosotros, con lo impopulares que somos, sino por defender a los suyos.
El turismo habla de pérdidas millonarias. ¿Han recibido presiones de la industria?
Nosotros, no. Si las ha habido, irán dirigidas a Aena.
Pero hay decenas de miles de viajeros en vilo.
Que miren a Aena. Ahora sólo estamos para salvar la temporada de verano con un acuerdo de mínimos. Pero para eso necesitamos que Aena aporte, y está encastillada mientras la situación del personal es extrema.
Entonces, ¿hay posibilidades reales de acuerdo?
Quiero agotar la vía de negociación hasta que realmente no se pueda más con una única línea roja: la garantía de la seguridad y del descanso de los trabajadores. Eso es irrenunciable. La situación en las torres va de mal en peor. Llevamos debajo de una bota, pisoteados, seis meses. Con una presión muy grande que no cede sino que aumenta.
¿El colectivo les pide ir a la huelga?
Hay mucha gente que quiere ir a la huelga. Mi labor es mantener la cabeza fría. Mi responsabilidad es evitar ese escenario, que verdaderamente está ahí. Tiene difícil solución. Sé que la postura de Aena no es fácil, pero yo no le he metido ahí.