Aena/Enaire y Fomento,  Controladores aéreos,  Política,  Portada

Blanco, el pirómano

José Gabriel Antuñano

Día 10/08/2010 – 08.56h
LOS compañeros que encumbraron a Zapatero como Secretario General de los socialistas, el presidente del Gobierno les ha pagado con la misma moneda: segarles la hierba debajo de los pies, para alejarles de su entorno. Empezó por los más valiosos y terminó con el pobre Caldera, al que no bastó que le desposeyera de la cartera de Trabajo, sino que luego le engatusó con la presidencia de una Fundación que elabora informes para la papelera de presidencia. Nada que extrañar en esta táctica del manual de los mediocres: desprenderse de los mejores para impedir que hagan sombra. Quedaba José Blanco que, después de ejercer de fiel escudero y hacer el trabajo sucio en Ferraz, le nombró ministro de Fomento, una de las carteras más golosas para un político, porque en época expansiva consigue votos y respaldo popular.
Blanco, que es un hombre hábil y listillo pero estúpido (no es un insulto, sino la acepción del Diccionario de la Real Academia), quiso alcanzar el estrellato y prometió aves y autovías, con la crisis evidente para todos, excepto para algunos visionarios. A los pocos meses vinieron mal dadas y pretendió aparecer ante el país y su jefe como adalid (continuo con el DRAE) de la contrarreforma, asumiendo un caudillaje que ni el propio presidente se atrevió a ostentar y cometió dos estupideces: crear incertidumbre en los recortes de obra pública y asumir el papel de salvador de la patria en el pulso con los controladores.
En el primer caso, debería saber (o dejarse aconsejar) que en un sector productivo, la incertidumbre y la falta de decisiones firmes (esta semana todavía recortaba kilómetros de autovías en Castilla y León), causan los mayores estragos en la economía de las empresa. En el segundo, ha querido investirse de mesías ante los ciudadanos, en vez de maniobrar a través de los directivos de Aena (vaya papelón el de éstos). Como algunos comunicadores le han jaleado esta determinación, ha cometido más estupideces en las dos últimas semanas de julio, al echar sal en la herida de los controladores; es decir, al promover dos decretos leyes para irritar a este colectivo en la época álgida de las vacaciones. La amenaza de huelga está ahí, haciendo daño a una segura fuente de ingresos. Blanco suelta bravatas intimidatorias en los medios sin dar la cara ante los controladores y avivando el fuego: un ejemplo de mala negociación. Son dos indicadores de la necesidad que tiene de autoafirmación, le acompleja -dicen- no ser universitario, que puede cavar su propia tumba, sin que le sieguen la hierba.

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies