Linchamiento de Estado
Ya saben que existe un conflicto laboral con los controladores aéreos, que existe la posibilidad de una huelga y, bueno, también sabemos que estos tienen unos salarios muy por encima de los de los currantes normales, pero mucho, mucho.
Resulta que esta pasada semana los controladores estaban negociando con AENA (Aeropuertos Españoles y Navegación). Pero cuando, al parecer, estaba existiendo un “acercamiento”, AENA se ha salido por la tangente y condicionó el seguir negociando a que los controladores retiraran la amenaza de huelga. Y como los controladores, lógicamente, no lo hicieron, AENA abandonó la negociación y la amenaza de huelga permanece, con todo lo que ello conlleva.
Y esto es lo que ha sido noticia este fin de semana en todos los medios de comunicación.
Surrealista, ¿no?
Me explico:
Podría parecer surrealista, absurdo y demás, que se exija a unos trabajadores que renuncien a su derecho a la huelga -porque ganen lo que ganen, tienen derecho a hacer huelga, no lo olvidemos- sin haber alcanzado acuerdo alguno, sólo para “seguir negociando”. La huelga es la única baza que tienen los controladores para negociar, así que difícilmente pueden renunciar a ella, porque una vez hecho eso, ¿qué fuerza tienen para defender su posición?
Además, por mucho que retiren la amenaza, si no se alcanza un acuerdo, lógicamente volverán a considerar la huelga, no puede ser se otra manera. ¿De qué vale entonces este gesto que pide AENA, que tan importante les parece que les ha llevado a romper la negociación?
Pero sin embargo no es eso lo que me parece tan surrealista.
Podría ser, entonces, el hecho de que el presidente de AENA -un tipo trajeado, elegante, con aspecto de directivo de élite; vamos, la flor y nata de este país-, salga en la tele con una bobada de este calibre: “o decís que no vais a ser malos o no juego”. ¿Quién dirige la negociación, este señor o su nieto de cuatro años?
Pero sin embargo no es eso lo que me parece tan surrealista.
Lo que me parece surrealista a más no poder es que esta noticia haya pasado por los medios tal cual, como si fuera lo más normal del mundo. Como si que el presidente de una organización que controla los vuelos civiles del país, actividad que conlleva ciertos riesgos para las vidas de un buen número de seres humanos, aparezca en todos los medios argumentando como un niño de cuatro años, fuera algo normal, aceptable, lógico, esperado, en fin, lo de costumbre.
Y lo peor es que es lo de costumbre.
En fin, surrealismos aparte, tiene que haber alguna explicación para todo esto. No creo que AENA esté dirigida por niños de cuatro años, luego está claro que lo de que retiren la amenaza de la huelga no lo dicen en serio, es una excusa, pobre, pobrísima, estúpida a más no poder, para no negociar. Sin embargo, en este país, sirve a su fin.
Pero… ¿cuál es ese fin?
Da la impresión que AENA no tiene la menor intención de ceder nada a los controladores. Y eso implica huelga de forma inevitable. Y la huelga causa perjuicios. Y la idea, entiendo, es echar la culpa de todo a los controladores, poniendo a la gente en contra: esos avariciosos ricachones que pretenden hacerse más ricos todavía sin dar golpe, esos miserables que ganan una pasta y encima quieren más y no dudan de hacer huelgas y causar pérdidas de miles de millones de euros y puestos de trabajo a los españolitos.
Qué malvados, ¿no?
En fin, es una patraña, parece el guión de un culebrón, y de los malos. Sin embargo, en este país, sirve a su fin.
Pero… ¿es sólo eso? ¿Una estrategia de presión de AENA para que los controladores renuncien a sus reivindicaciones?
No creo.
Porque, de ser así, no sé qué pinta la patronal hotelera Exceltur amenazando a los controladores con demandarles. No sé… ¿será que los dueños de los hoteles lo son también de los aeropuertos?
Pero, entonces, ¿qué pinta el ministro Blanco amenazando a los controladores? Y, ¿qué pinta el gobierno interviniendo en un conflicto laboral a favor de una de las partes, utilizando incluso la potestad legislativa del Parlamento contra ellos? ¿Será que los dueños de los hoteles lo son también del gobierno, del Parlamento, de los políticos, esos que supuestamente representan a los ciudadanos?
Será eso. O tal vez estén haciendo lo de siempre, vendernos el culebrón del verano, entre mundial y mundial, para distraer la atención sobre los verdaderos culpables de la situación que atraviesa el país. Así que… ¡quememos a las brujas! No, ¡a los comunistas! Perdón, ¡a los controladores!
En cualquier caso, a mi modo de ver, no estamos ante un conflicto laboral únicamente, las fuerzas que ha movilizado la patronal dan a entender que es importante para ellos, algo más que una simple cuestión de condiciones de trabajo.
Yo diría que estamos ante un conflicto social, un conflicto de clase. Se han unido mandamases aeroportuarios, hoteleros, políticos y, también, de la comunicación, para efectuar un linchamiento público de un colectivo “rebelde” de trabajadores que, simplemente, han tenido la fortuna hasta hoy de ser un colectivo escaso y muy cualificado, con lo que han podido mantener sus condiciones laborales, más o menos a salvo de la general precarización del empleo que ha sufrido el resto de los trabajadores españoles -que somos los que realmente estamos mal, no es que los controladores estén por encima de sus merecimientos, es que los demás estamos por debajo de los nuestros-.
Además, este colectivo persiste, reiteradamente, en dar mal ejemplo al resto de los trabajadores, recordándoles que existe un derecho, la huelga, que pueden utilizar contra sus explotadores, y que además, a veces, funciona.
Y para más INRI, y tengo la sensación de que esto puede ser lo más importante, lo que realmente les tiene que “reventar” es que unos curritos ganen más que ellos, presidentes, directivos, mandamases varios, y sobre todo que tengan poder para hacerles frente, y que les miren a los ojos, que no bajen la mirada frente a ellos; unos curritos que no han adoptado la postura, muy extendida entre los españolitos, castellano-manchegos especialmente, de agachar la cabeza ante el amo y aceptar las migajas que este quiera echarnos por ser buenos siervos y dejarnos explotar a voluntad.
Pero no, los controladores no se someten, y esto es intolerable, inaceptable, en esta España del siglo XXI en la que definitivamente ha triunfado la derecha caciquil, que gobierna, amparada en una democracia imaginaria, mucho más cómodamente de lo que lo hizo hace unos años en la dictadura.
Así que ya es hora de pararles los pies a los controladores. ¡Qué se habrán creído! Aquí el que manda, manda, y ha llegado el momento de que estos también lo asuman. Y ya es hora también de usar, sin disimulo, y a la vista de todos, el poder del Estado contra los trabajadores, contra los ciudadanos, sin que estos, cada vez más adormecidos, sumisos, sometidos, aborregados, reaccionen, ni siquiera se enteren de lo que está pasando.
Por favor, quiero despertar.
http://miciudadreal.es/firmas/ciudadano-en-blanco/80925-linchamiento-de-estado.html