Varias cuasicolisiones disparan las alarmas sobre la seguridad aérea en EEUU
ASSOCIATED PRESS.
(TRADUCCIÓN)
El gobierno (norteamericano) está tratando de descubrir porqué los controladores aéreos y los pilotos están cometiendo tantos errores y está alarmado por el incremento de cuasicolisiones entre aviones.
En los meses recientes ha habido al menos media docena de incidentes en los que algunos aviones han estado a punto de colisionar entre si – en Chicago, Houston, San Francisco, Burbank, California y Alaska -. En algunos casos los pilotos hicieron correcciones de dirección de última hora tras los avisos y alarmas de cabina alertando de una posible colisión.
“Esta primavera tuvimos varios casos que atrajeron la atención de todo el mundo… que realmente nos llevaron a evaluar algunos de los riesgos para tratar de identificar lo que se nos estaba pasando”, dijo Robert Tarter, vicepresidente de la Oficina de Organización de la Seguridad Aérea de la FAA, a los empleados en una conferencia sobre los nuevos esfuerzos en seguridad.
La pasada semana un vuelo de United Airlines que esperaba para aterrizar en el aeropuerto Ronald Reagan cerca de Washington se cruzó con menos de una milla con un reactor de negocios Gulftream que ascendía tras despegar desde un aeropuerto cercano. La voz del piloto de United quedó grabada en una conversación con los controladores aéreos diciendo “Eso estuvo cerca”, en palabras del político republicano James Sensenbrenner, pasajero del vuelo de United que escuchó la conversación.
Vulneración de la separación
La FAA ha observado también un pico de incidentes en los que las aeronaves vulneraron las distancias de separación mínimas, una piedra angular de la seguridad aérea. La tasa de vulneración de los estándares de separación de la FAA subió hasta las 3,28 por millón de operaciones, en los nueve meses anteriores al 30 de junio, en comparación con una tasa de 2,44 del pasado año. Las operaciones incluyen despegues, aterrizajes y transferencias de un centro de control radar a otro. El trabajo de los controladores aéreos consiste en separar los aviones entre si.
La FAA también ha recibido entre 250 y 300 notificaciones a la semana en el programa que obliga a los controladores a notificar sus errores. A cambio, la agencia promete no usar esta información para penalizar a los empleados y usarla tan solo para labores de análisis de tendencias. Este programa se basa en uno similar para los pilotos.
En respuesta a estas señales de alarma, la FAA ha convocado a los empleados, los gestores y a expertos de seguridad a una reunión en Washington el 17 de agosto. Este será el tercer encuentro de este tipo en los cuatro años en los que la FAA ha organizado una reunión especial para analizar problemas de seguridad urgentes.
En 2007 la FAA organizó una reunión en respuesta a la preocupación de que los aviones estaban aproximándose demasiado entre si en las pistas. El último año la agencia reunió a los sindicatos de pilotos regionales en respuesta a los hechos publicados sobre entrenamiento, salarios, experiencia y turnos de trabajo tras el accidente de Buffalo, NY, que mató a 50 personas.
Las autoridades de la FAA están preguntando a cada controlador aéreo, así como a otros empleados involucrados en las operaciones del tráfico aéreo, sobre cuales creen que son los mayores problemas existentes en la seguridad aérea. También están pidiendo a las aerolíneas que tengan reuniones con sus comandantes de vuelo. Quieren hacer hincapié en que los pilotos utilicen la terminología correcta cuando hablen con los controladores para evitar confusiones y que eviten omitir comunicaciones rutinarias pero importantes en el contacto radio con los controladores.
Para este otoño las autoridades de la FAA esperan reactivar el programa que ofrecía a los controladores la oportunidad de volar en cabina para poder experimentar las operaciones desde la perspectiva del piloto. Este programa se canceló tras los atentados del 11 de septiembre.
Aunque la FAA ha tenido tradicionalmente una tensa relación con los sindicatos, este nuevo empuje a la seguridad aérea está auspiciado por la Asociación Nacional de Controladores Aéreos (NATCA). “Nosotros también vemos los errores”, declaró Dale Wright, director de seguridad de NATCA, en la conferencia del pasado jueves.
Preocupación de los controladores
Los incidentes recientes también han reavivado la preocupación sobre el nivel de experiencia de los controladores aéreos. La mayor parte de los controladores actuales fueron contratados en 1981 tras los despidos de controladores en huelga del presidente Reagan y ahora se acerca su jubilación. La FAA ha contratado 7000 controladores aéreos en los últimos 5 años, pero el sindicato NATCA afirma que la tasa de bajas ha sido alta y se quejan de que las olas de contratación de controladores sin experiencia para manejar las instalaciones de radar más congestionadas del país ponen en riesgo la seguridad.
El número de accidentes aéreos en la última década ha descendido dramáticamente respecto de la década anterior, en parte gracias a los avances en equipos de seguridad en cabina tales como los sistemas de alerta de colisión.
Sin embargo y como consecuencia es fácil que los pilotos y los controladores pierdan su habilidad, dijo la anterior Inspectora del Departamento de Transportes, la General Mary Schiavo. “La gente acaba confiando en los equipos de alerta de colisión, y eso es malo”.
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Alarmed by a spate of near-collisions involving airliners, the government is trying to find out why air-traffic controllers and pilots are making so many dangerous errors.
In recent months, there have been at least a half-dozen incidents in which airliners came close to colliding with other aircraft—including in Chicago, Houston, San Francisco, Burbank, Calif., and Anchorage, Alaska. In some cases, pilots made last-second changes in direction after cockpit alarms warned of an impending crash.
“This spring we had several close calls that got everybody’s attention … that really keyed us into taking a look at some of the risks, try to identify what we’re missing,” Robert Tarter, vice president of Federal Aviation Administration’s Office of Safety-Air Traffic Organization, told employees in a conference call kicking off the new safety effort.
Just last week, a United Airlines flight waiting to land at Reagan National Airport near Washington came within less than a mile of a Gulfstream business jet that was climbing after taking off from another nearby airport. The United pilot can be heard on an air-traffic-control recording saying to his controller, “That was close,” according to Rep. James Sensenbrenner (R., Wis.), a passenger on the United flight who has listened to the recording.
Separation Violations
The FAA has also seen a sharp spike in incidents in which planes violated minimum separation distances, a cornerstone of air-traffic safety. The rate for the most egregious violations of FAA separation standards rose to 3.28 per million flight operations in the nine months ended June 30, up from 2.44 in the full year ended Sept. 30, 2009. Flight operations include takeoffs, landings and when planes pass from the control of one radar center to another. It’s the job of air-traffic controllers to keep planes separated.
FAA has also been receiving about 250 to 300 reports a week under a new program that encourages controllers to disclose their mistakes. In exchange, the agency promises not to use the information to punish employees. Instead, the reports are used to spot trends. The program is modeled on a similar program for pilots.
In response to these warning signs, the FAA is convening a summit of employees and management, as well as other safety experts, in Washington on Aug. 17. The event will mark the third time in less than four years the agency has hosted a special meeting to address urgent safety problems.
In 2007, the FAA held a summit in response to concern about planes coming too close together on runways. Last year, the agency called together airlines and pilots’ unions in response to revelations about the training, pay, experience and work schedules of pilots at regional airlines following a crash near Buffalo, N.Y., that killed 50 people.
Officials are asking every air-traffic controller, as well as other employees involved in air-traffic operations, to tell them before the meeting what are the biggest safety problems they see. FAA officials are also fanning out to major airlines for meetings with their chief pilots. They want to stress the importance of pilots using the correct terminology when talking to air-traffic controllers to avoid confusion, and that they shouldn’t skip routine but important radio contacts with controllers.
By this fall, FAA officials hope to restart a program that gives controllers a chance to ride in cockpit jumpseats so that they can experience air-traffic operations from a pilot’s perspective. The program was discontinued after the Sept. 11, 2001, terrorist attacks when the government cracked down on access to airline cockpits.
Although the FAA has a history of rocky relationships with its unions, the new safety push is backed by the National Air Traffic Controllers Association. “We see the errors also,” Dale Wright, NATCA’s safety director, said in the conference call last Thursday.
Controller Concerns
The recent incidents have also spotlighted long-standing concerns about the experience level of the controller work force. Many of today’s controllers were hired in 1981 after President Ronald Reagan fired striking controllers, and they are now retiring. The FAA has hired 7,000 controllers in the past five years, but union officials say the rate of washouts has been high. They have complained that training waves of inexperienced controllers while trying to handle traffic at the nation’s busiest radar facilities endangers safety.
Major airline crashes have dropped dramatically over the past decade due in large part to advances in safety equipment in cockpits, such as the collision-warning systems.
However, one consequence has been that it’s easy for controllers and pilots to lose their edge, said former Transportation Department Inspector General Mary Schiavo.
“People come to rely on the equipment and the collision-warning systems, and that’s bad,” Ms. Schiavo.
—Copyright 2010 Associated Press