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El engañabobos de AENA, Fomento y el gobierno de Zapatero

EDITORIAL.

Corría el año 2004 y todos escuchábamos afirmaciones del tipo «no nos merecemos un gobierno que nos mienta», en relación a la guerra de Irak y el caso YAK 42. Se producían convocatorias por SMS y se movilizaba a las masas en contra del gobierno de Aznar. Y la cosa acabó en un vuelco electoral.

Ahora corre el año 2010 y Zapatero declaraba que «este no es un Gobierno de decretazos, y menos en las relaciones laborales», pero la realidad de los hechos contradice gravemente su afirmación. Se rebaja el sueldo de los funcionarios y se saca adelante la tan traída «Ley de la Reforma Laboral» que, esencialmente, lo que persigue son despidos baratos y una precariedad en el empleo más propia del siglo XIX que de nuestros días. Tenemos una huelga general en ciernes, y no es para menos.

Pero los experimentos con los decretazos en contra de los derechos laborales de los trabajadores han tenido un banco de pruebas excepcional: el de los controladores aéreos.

Atentando contra la Constitución Española y el Estatuto de los Trabajadores, el Gobierno de Zapatero con su insigne ministro Blanco como abanderado propagandístico, golpean a los controladores aéreos e intervienen en febrero a golpe de decretazo su jornada laboral, su convenio colectivo y sus condiciones económicas. Se le cuenta a la galería que «ganan mucho», que «han tenido a los pasajeros como rehenes durante años», que «son poco productivos» y que esta salvaje intervención es necesaria para rebajar el precio de los billetes de avión y hacer de Aena una empresa más competitiva. Blanco y el Presidente de Aena, Juan Ignacio Lema Devesa, arremeten contra los controladores aéreos y consiguen que las masas y el sector turístico se les echen encima. El experimento social se consuma a la perfección. El Gobierno y Blanco se crecen, y a continuación van a por todos los demás. Cuando las barbas del vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar.

Pero al igual que detrás de la Ley de Reforma Laboral y el decretazo de los funcionarios hay una realidad que no se ha contado, en el caso de los controladores esta retahíla de argumentos falaces se ha demostrado no ya una mentira deliberada, sino un insulto a la inteligencia del ciudadano medio y del consumidor. La deuda de 12.000 millones de euros de Aena, una gestión ineficaz y una red de 48 aeropuertos en la que solo 9 dieron beneficios en 2009 son argumentos incontestables. El plan de privatización de Aena se encontraba con las reticencias de los inversores y había que hacer ver que se tenía mano firme. Había que abaratar los costes a cualquier precio para que alguien se interesase en la compra de la monstruosa entidad empresarial Aena, que se venderá por trocitos y a granel.

Pero analicemos las mentiras que Blanco, Lema y Zapatero esperaban que se tragasen los futuros inversores y la opinión pública.

Se dijo que el decretazo contra los controladores conllevaría una rebaja del precio del billete, pero esta rebaja no se ve por ninguna parte. Echando números se descubre que esta supuesta rebaja era solo de unos pocos céntimos. El chocolate del loro.

Se dijo que las tasas aéreas españolas eran las más altas de la Unión Europea por los sueldos de los controladores. Pero el sueldo de los controladores ha bajado de media un 40% y ahora Fomento y Aena anuncian una subida de tasas. Esta propuesta consiste en elevar las tasas aeroportuarias el 10,5%, lo que unido a la bajada de un 7,5% en las de navegación, supondría que el conjunto de tasas subirían en el entorno del 5%. AENA pretende que este marco tarifario se incluya en el proyecto de presupuestos de 2011. Es decir, en conjunto las tasas han subido. ¿A dónde va a parar todo ese dinero? Seguramente y en parte a amortizar los 300 millones de euros que Aena paga anualmente en concepto de intereses. Pero sospecho que, tacita a tacita, alguien se va a hacer rico en el camino.

No teniendo bastante con esta medida, Fomento pretende la eliminación del descuento por residente insular en los billetes de avión. Los ciudadanos canarios y los de Baleares no salen de su asombro. ¿Pero no iba a ser más barato viajar en avión? Pues no, mire usted. Los billetes de avión son y serán más caros y le han tomado a usted el pelo.

Para las compañías aéreas y el sector turístico, que apoyaron el decretazo de los controladores, estas medidas suponen un varapalo a sus cuentas de resultados, ahora que repunta el transporte aéreo y la crisis financiera. No solo se ha mentido al pasajero y a la ciudadanía en general. Se buscó el beneplácito de los lobbys del transporte y del turismo y ahora este Gobierno les ha traicionado por 30 monedas de oro. Y serán estas empresas y el bolsillo de los pasajeros los que paguen el pato de la mala gestión de Aena y de las mentiras de Fomento y del Gobierno.

La terca realidad se impone mientras se hace cierto el dicho de que «se pilla antes al mentiroso que al cojo».

La tropelía no termina ahí porque, a la postre, se pagará más por menos y volar será menos seguro. La reducción de las plantillas de controladores y la introducción de personal «low cost», la sustitución de controladores por AFIS, la supresión del controlador ayudante (monoposición), el servicio de plataforma (SDP) en Barajas y El Prat y la externalización del servicio de control de aeródromo en una atomización de subcontrataciones harán que usted vuele menos seguro. Es una grave merma en la calidad de servicio y la seguridad aérea, y encima le sale a usted más caro.

La privatización de Aena es un bonito engañabobos incitado por políticos desaprensivos e irresponsables y por un entramado de intereses en los que solo saldrán beneficiados los de siempre y sus amigos. Se ha tratado a la opinión pública con una brutal condescendencia, se le ha mentido y se ha llevado a término un golpe de estado aeronáutico y laboral encubierto. Se está desmantelando la navegación aérea española con consecuencias imprevisibles para el sector turístico, el crecimiento económico de nuestro país y la seguridad.

Recapitulando. ¿Nos merecemos un Gobierno que nos mienta?

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