Zapatero, Blanco, Lema y el electoralismo de baja estofa
Mismo escenario, otra inauguración y casi tres años de diferencia. José Luis Rodríguez Zapatero vuelve hoy a su tierra natal para inaugurar la nueva terminal del aeropuerto de León, la segunda ampliación del aeródromo en los casi seis años que lleva como inquilino de la Moncloa. El líder socialista cumplirá la promesa de dotar a León de una “aeropuerto internacional de primer nivel” que pueda competir, de forma directa, con los otros dos aeródromos más cercanos, el de Asturias y de Valladolid.
Ha llovido mucho desde que el presidente anunció, cuando inauguraba la ampliación de la única pista del aeródromo en los últimos días de 2007, la construcción de la nueva terminal, en el que la Administración central ha invertido alrededor de 29 millones de euros. El objetivo de aquella ampliación era convertir al aeropuerto en una alternativa a los de Asturias y Valladolid para los días en que Eolo, el Señor de los Vientos, está enfurecido. También, y con esto el presidente demostró que su tierra le tira, para que pudiese competir con los aeródromos citados. Una meta difícil de comprender si se comparan los datos de entonces: el aeropuerto del Principiado superaba en 2007 el millón de pasajeros frente a los cerca de 151.000 de León.
Tres años después, no solo no se ha conseguido ese reto, sino que, además, el tráfico del aeropuerto ha caído en picado hasta los 95.189 pasajeros contabilizados por Aena en 2009. Juega en su contra la pujanza del asturiano, cuyo éxito principal se basa en sus compañías low cost, y, sobre todo, el cierre de la compañía Lagun Air, con sede social en León, y una de los tres que operaba hasta ahora en la ciudad. Las otras dos son er Air Nostrum y Air Europa, que ofrecen una limitada oferta de vuelos a Madrid, Barcelona, Palma, Tenerife, Valencia y París.
En esta guerra entre aeropuertos, León ha sido víctima de la fiebre por construir una gran base aérea en cada capital de provincia. En su caso, sufre además la desventaja de competir directamente con el aeropuerto de Valladolid, centro administrativo de toda Castilla y León. Una situación que no ha impedido la construcción de la nueva terminal que hoy inaugura el presidente, en compañía del ministro de Fomento, José Blanco, y el presidente de AENA, Juan Lema, haya seguido adelante.
El nuevo edificio cuenta con una superficie de casi 5.000 metros cuadrados, más del triple de lo que existía hasta la actualidad, de unos 1.500 metros cuadrados. Además, se ha construido una nueva plataforma de 45.000 metros cuadrados, más del doble de la actual, y con una capacidad para habilitar una zona de estacionamiento de quince aviones. Su capacidad permitirá asistir a 520 pasajeros por hora, frente a los 130 de la actualidad. Las obras fueron adjudicadas en enero de 2009 a la UTE integrada por Acciona y Firmes y Caminos, las mismas empresas que ya fueron responsables de la ampliación de la pista.
COMENTARIOS.
A ver, si hacemos los cálculos bastante generosos. Hemos pasado de tener un aeropuerto con capacidad de atender más de 375.000 pasajeros al año [aunque sólo atendía a 150.000], a uno con capacidad de atender a más de un millón y medio, aunque en realidad sólo hace falta atender a 95,000. Todo un acierto de inversión sí señor, como el Plan E. Por cierto, que a la gente de León ya le tenía que dar por viajar en avión para alcanzar esas cifras. Estos caciques se piensan que el pueblo español es tonto, y lo peor es que igual tienen razón.