Algo huele a podrido en AENA
Eloy Orgaz
Se bajó el sueldo a los controladores y se les hace trabajar como esclavos diciendo que se bajarían las tasas y los billetes de avión. Pero las tasas y los billetes han subido. ¿Donde se va el dinero? Misterio.
Se duplican los incidentes y las demoras, pero no dimite ni Dios y nadie los investiga. ¿Por qué? Misterio.
Parlamentarios del Bundestag dicen que si suben las tasas los alemanes no volarán a Mallorca, poniendo en peligro cientos de miles de puestos de trabajo en Baleares. ¿Alguien les escucha? No. ¿Por qué? Misterio.
Los mandamases de AENA se reunirán en el Hotel Wellington el día 26 para repartir la tarta aeronáutica entre sus amigos, pero mientras tanto no le cuentan a sus trabajadores que pasará con sus empleos. Otro misterio.
Los empresarios interesados en la privatización sienten que no les están contando toda la verdad y no saben si entrar o salir. Más misterios.
Las asociaciones de compañías aéreas no entienden como el conflicto con los controladores no se ha resuelto, a pesar de los decretazos. Misterio, misterio.
AENA subcontrata informes millonarios a INECO, que declara beneficios, mientras la casa madre arroja pérdidas. La madre de todos los misterios.