LagunAir, un claro ejemplo de «capitalismo de Estado»
La administración concursal apunta que los poderes públicos de León financiaron la aerolínea sin atender a razones de política social.
Alberto Ortín – Madrid – 02/11/2010
La situación de insolvencia a la que llegó la aerolínea leonesa Lagun Air en 2008 es, «no cabe duda», uno de los ejemplos «del concepto acuñado por la doctrina económica de capitalismo de Estado», dice la administración concursal de la compañía en un reciente escrito remitido al juez.
Miguel Jesús Alija Carbajo, Vicente Manuel Diz Varela y José Luis Merino García, los administradores concursales nombrados por el juez en Lagun Air, explican el concepto: «Se aplica con preferencia a los modelos en los que las clases políticas intervienen en el circuito privado de producción o distribución de bienes y servicios para influir y orientar las decisiones de los individuos y establecer proyectos sociales que consoliden sus políticas». Y recuerdan a los autores Ian Bremmer y al español Juan Ramón Rallo como expertos en el término. Y subrayan que el concurso de Lagun Air tiene la singularidad de que «se ha realizado a través de mecanismos más disimulados o subrepticios».
En octubre de 2008 Lagun Air presentaba concurso de acreedores tras cinco años de tumultuosa actividad. El pasado mes de mayo se acordó su liquidación. Los administradores concursales aseguran que las causas de la insolvencia de la aerolínea se encuentran «en una debilidad inicial de los inversores y del equipo gestor que no gozaban de las capacidades y experiencia que impone un sector tan exigente y competitivo como el aéreo» y en una «estructura de ingresos incapaz de enjugar los costes de explotación».
Los constructores toman el control
La aerolínea fue creada en 2003 por el Consorcio del Aeropuerto de León, presidido por José Miguel Sáez, con 62 empleados, pero sólo dos años después el proyecto entraba en barrena. Entonces el grupo Agelco, al que la administración concursal resta capacidad y experiencia para ello, adquiere la empresa. Agelco es la Agrupación de Empresarios Leoneses de la Construcción, también hoy en concurso de acreedores, formado por constructoras y participado por Caja España, en proceso de fusión con Caja Duero. Accedió a la presidencia de la compañía el empresario leonés Santos Llamas, que meses después sería nombrado presidente de Caja España.
Entre 2005 y 2008, bajo el control de Agelco, la administración pública de León se vuelca en la aerolínea. Lo hace a través de tres entidades, el Consorcio para la Gestión de la Promoción del Aeropuerto de León, constituido por la Diputación de León, el Ayuntamiento de León y la Junta de Castilla y León; Ade Internacional Excal, una empresa pública propiedad de la Junta; y la Sociedad de Promoción del Turismo de Castilla y León, Sotur, dependiente de la Junta. Las tres entidades públicas aportaron en tres años 20 millones de euros a Lagun Air.
«Las corporaciones implicadas no aportaban recursos para una determinada línea de transporte aéreo por razones de política social ni tampoco ayudaban al pago del billete a determinadas personas ni subvencionaban la compra de productos regionales concretos», dice la administración concursal de la empresa, «sino que concedían a la operadora una subvención directa a su explotación para que ella administrara los recursos indiscriminadamente». Y concluye que la Administración pública leonesa «soportaba, sostenía, protegía, apoyaba o favorecía este proyecto empresarial».
La evidente financiación de la administración pública leonesa de la aerolínea teóricamente privada plantea interrogantes legales. La administración concursal recuerda que en España «la legislación sobre contratos de las administraciones públicas impone a todo poder adjudicador el respeto a los principios de publicidad y libre concurrencia a la hora de contratar una obra o servicio». Y advierte que el ordenamiento comunitario «proscribe las ayudas económicas públicas que ataquen el principio de la libre competencia y de libertad de establecimiento».
Concurso de acreedores fortuito, pero con reservas
La administración concursal de Lagun Air ha propuesto al juez de lo Mercantil de León la calificación de «fortuito» del concurso de la aerolínea. Pero, añade, «con las reservas» apuntadas. Los administradores explican que concurre «culpa» de los propietarios de la empresa en su entrada en concurso pero que resulta «difícil e inseguro calificarla de grave» por lo que es «preferible y prudente, por las graves consecuencias que llevaría para las personas, optar por la calificación alternativa de fortuito». El informe de calificación elaborado por la administración concursal ha sido enviado al ministerio fiscal. Fuentes jurídicas informaron el fin de semana de que el concurso ha sido calificado por el juez como fortuito a instancias del fiscal. Esta información no pudo ser confirmada ayer.
Los administradores señalan que una «actuación más rigurosa y atenta a los datos técnicos y un mejor asesoramiento podrían haber evitado o minorado las consecuencias de la insolvencia». Pero manifiesta que esa carencia no puede llevar a la afirmación de que existiera «un abandono de su quehacer, una negligencia patente o grosera o que sus decisiones carecieran de algún criterio de razón, aunque éste fuera excesivamente confiado y poco autocrítico con su propia actuación».