Concepción Gutierrez se va/la cesan como Secretaria de Estado de Tranportes
EL PAÍS – Barcelona – 04/11/2010
Isaías Táboas, secretario general de la Presidencia de la Generalitat, será nombrado mañana por el Consejo de Ministros secretario de Estado de Transportes en sustitución de Concepción Gutiérrez. De esta manera, Táboas, hombre de confianza de José Montilla y su mano derecha, deja el Palau de la Generalitat para pasar a formar parte del equipo del Ministerio de Fomento bajo las órdenes del ministro José Blanco, uno de los dirigentes del PSOE que mantiene mejor relación con la dirección de los socialistas catalanes.
Táboas, (Valencia, 1958), conocido por el sobrenombre de Pancho, hombre con escaso perfil público pero con considerable poder dentro del aparato de la Administración autonómica, deja la Generalitat en vísperas electorales. En su nombramiento ha intervenido directamente Montilla y la ministra de Defensa, Carme Chacón.
El PSC, tras quedarse solo con un representante -Chacón- en el Consejo de Ministros después del regreso de Celestino Corbacho a Cataluña para presentarse a las elecciones autonómicas como número tres, coloca a una persona de su confianza en un sector estratégico como el de los transportes. Así, el nombramiento del discreto Táboas compensa en parte la pérdida de peso de los socialistas catalanes en la Administración central.
Retrato de ISAÍAS TÁBOAS, secretario general de la Presidència de la Generalitat
La sombra de Montilla
Hombre reservado y distante, es, desde la etapa en el Ministerio de Industria, la mano derecha de Montilla
IÑAKI ELLAKURÍA LA VANGUARDIA, 25.05.08
Controla el Govern desde la sala de máquinas, que nada chirríe, y en la última crisis del tripartito, tomó el mando de Su nombre aparece de forma espontánea en numerosas conversaciones y foros diversos. «He hablado con Pancho de este proyecto», dice un conseller. «Esperamos la respuesta de Pancho»,afirma un alcalde. A pesar de ello Isaías Pancho Táboas sigue siendo hoy un desconocido no sólo para el gran público sino también para algunos cargos intermedios del Govern. Es el tercer hombre del Ejecutivo Montilla, y en torno a su figura se han generado todo tipo de rumores. El 30 de noviembre del 2006 en el Palau de la Generalitat se palpaba la euforia. El segundo gobierno tripartito acababa de tomar posesión tras unas negociaciones que se cerraron en un fin de semana. ¡Atrás quedaba el Dragon Khan maragalliano! Ese día el Pati dels Tarongers se convirtió en un abrir y cerrar de ojos en una suerte de plató fotográfico: muchos de los consellers, eufóricos, posaban ante las cámaras rodeados de familiares y colaboradores. El president José Montilla, con ese tono parsimonioso que le caracteriza, se paseaba saludando uno por uno a los invitados. Un cuadro que era observado desde la distancia por un hombre canoso, vestido con un traje azul de corte clásico, gafas un poco pasadas de moda y rictus de seriedad. – ¿Podríamos tomar un café un día de estos? – le preguntó un periodista a modo de tanteo. – Si Montilla habla poco, yo menos – le contestó tajantemente. Pero a pesar de esa aparente frialdad, Pancho Táboas – de raíces gallegas, pero nacido en Valencia en 1958- también tenía motivos para sentirse feliz: Montilla le había confiado un cargo clave, el de secretario general de la Presidència. El mismo puesto que ocupó con el president Jordi Pujol el influyente Lluís Prenafeta. Pero a diferencia de este, Táboas, casado con la hermana del directivo del Barça Marc Ingla, se ha mantenido alejado de los medios desde que aterrizó en el Palau. Licenciado en Historia – en su etapa universitaria trabajó como mensajero del diario Sport-,ha sido consejero delegado de la editorial Avenç,donde sustituyó al también socialista Ferran Mascarell; director editorial de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y director de comunicación de Renfe en la época de la desaparecida Mercè Sala. ¿Dónde y cómo conoció a Montilla? Su primer contacto se remonta al año 2004. Lo propiciaron Miquel Iceta, portavoz del PSC y amigo personal de Pancho – de jóvenes pasaron numerosas tardes en el piso que los padres de Táboas tenían en la calle Balmes, donde este solía montar un cine fórum-, y Daniel Fernández, actual secretario general adjunto del grupo socialista en el Congreso. El 11 de abril del 2004, tres días antes de que Montilla tomara posesión como ministro de Industria del primer gobierno Zapatero, Táboas recibió una llamada telefónica que, por segundos, le dejó helado. ¡Montilla al aparato! – ¿Has pensado en volver a trabajar en Madrid? – le preguntó el primer secretario del PSC tras una corta y directa presentación. – Sí – contestó Táboas, quien a la sazón estaba sopesando la posibilidad de regresar a la capital española para trabajar en el sector de la sociedad de la información. – ¿Y por qué no te vienes conmigo de jefe de gabinete del Ministerio de Industria? – Nunca he ocupado un cargo parecido. – Yo tampoco he sido nunca ministro de España. Así concluyó una breve charla que desembocaría en una estrecha relación profesional. De su etapa en el ministerio, en la que compartió piso con el actual director de comunicación de la presidencia, Antonio Bolaño, aprendió que los ministros son «personas de un solo folio», que el equipo que les rodea debe saber sintetizar en poco espacio mucha información. Conoció de cerca los entresijos madrileños, los despachos donde llamar. Y probó el lado más cruel de la política, cuando Montilla se vio de repente en el disparadero político-mediático al ser acusado por el PP y medios de comunicación afines de haber entorpecido, en favor de Gas Natural, la opa de E. ON sobre Endesa. Turbulencias políticas que ayudaron a cimentar la relación de Montilla con Táboas. Este se ha convertido en pocos años en su sombra. Desde que a principio de mes el president amplió la dirección general de Coordinació Interdepartamental, Táboas asumió el control total de todas las áreas de Presidència. A sus órdenes está el llamado núcleo duro de Montilla: formado por Antonio Bolaño; el director de Anàlisi i Prospectiva, Jaume Badia; el director general de Coordinació Interdepartamental, Pep Martí, y la secretaria del Govern, Laia Bonet. En él recae además la función de coordinar la agenda del president, sus discursos, la documentación que maneja, está presente en las reuniones de Montilla con los consellers y es el vicepresidente del Consell Tècnic. Entre sus aficiones está la lectura de novelas de temática históricopolicial. Sus colaboradores lo definen como fiel, reservado, meticuloso, y una persona a quien no le incomodan los largos silencios, tan habituales en el día a día con Montilla. En un viaje en coche de Madrid a Barcelona, el president y Táboas apenas intercambiaron un par de frases. Por esta y otras anécdotas en Palau ya hay quien les ha bautizado con el nombre de ese grupo maño que hizo fortuna en los noventa: Héroes del Silencio. Control de Presidència Coordina todos los departamentos de Presidència; es el vicepresidente del Consell Tècnic del Govern. A sus órdenes está el llamado núcleo duro de Montilla: formado por Antonio Bolaño, Jaume Badia, Josep Martí, Laia Bonet, Jordi Menéndez y Aurora Massip. Relación con el president José Montilla supo de él por Miquel Iceta y Daniel Fernández. Tres días antes de que fuera nombrado ministro de Industria, Montilla llamó a Táboas y le pregunto directamente: «¿Has pensado en volver a trabajar en Madrid?». Reservado y meticuloso Sus colaboradores dicen de él que es una persona fiel, reservada, muy meticulosa, ordenada, que impone respeto, y a quien no le incomodan los largos silencios. En sus viajes con Montilla apenas cruzan un par de frases.