El inicio de la privatización de AENA puede cerrar el espacio aéreo gallego.
AENA se ha endeudado construyendo terminales que hoy en día apenas tienen tráfico. Los gallegos Pepe Blanco y Lema Devesa quieren solucionarlo atrayendo capital privado mediante reducción de salarios y subcontratas.
Por Walter Burns | O Irixo | 20/11/2010
Los controladores aéreos del Centro de Control de Área Terminal de Santiago de Compostela están contra las cuerdas. Al menos dos de ellos ya han denunciado a AENA ante los tribunales, y más especialistas pueden hacer lo mismo en las próximas semanas.
El motivo es que la mayoría de los 28 controladores ya han superado o están a punto de superar los límites de horas de trabajo anual que marca la Ley 9/2010, que el ministro Pepe Blanco logró aprobar después de una gran campaña mediática contra estos trabajadores.
«Si hay un accidente, puedo estar fuera de la ley»
En declaraciones en Radio Obradoiro, Susana Romero explicó como está a punto de de exceder el límite de1.670 horas anuales. Según la programación de la empresa, el 27 de noviembre superará la barrera legal.
«Si después del 27 acudo a trabajar y hay algún incidente, ¿estaría fuera de la ley? No puedo arriesgar mi futuro en base a una indefinición, a una falta de planificación. Quiero garantías» .»Con un límite de 1.670 horas al año. podríamos trabajar como máximo 140 horas mensuales. Algunos meses he llegado a sumar 186 o 190 horas», argumentó.
Cierres en Santiago, A Coruña y Vigo
USCA, el sindicato de los controladores, ya ha advertido que los técnicos de Lavacolla pronto no podrán realizar más horas.
Para USCA, esto causará el «cierre parcial del servicio en el centro gallego» por lo que «el servicio de aproximación a las torres de Santiago, Coruña y Vigo dejará de proporcionarse ya que los controladores que han sobrepasado el máximo de horas anuales no podrán trabajar, prestando el servicio menos trabajadores de los imprescindibles. En la práctica significará que no podrán despegar o aterrizar aviones en ninguno de estés aeropuertos mientras el servicio esté cerrado».
En AENA estar enfermo es absentismo
AENA responde que ha programado más horas de lo normal a los controladores ante el alto absentismo, que cifra en un 30 por ciento en Galicia. Los trabajadores dicen que esto es mentira, pues AENA computa como «absentismo» las vacaciones y las bajas por enfermedad. Por ejemplo, en ese 30 por ciento que esgrime Fomento se suman las horas que no pueden realizar los técnicos en baja médica, cuyas plazas no son cubiertas.
Las consecuencias inmediatas son una sobrecarga de trabajo para el resto y nuevas por estrés.La consecuencia última es que los trabajadores llegan a noviembre con las horas que deberían haber hecho en todo el año.
Campaña mediática contra los controladores
En realidad se trata de un paso más en el proceso de privatización de AENA, históricamente una de las últimas compañías rentables del Estado, ejecutada por el gallego José Blanco. Tras varias tentativas frustradas en el pasado para atraer inversores, ahora, en tiempos de recesión, el ministro gallego necesita reducir costes y salarios.
Durante años, AENA no aumentó el cuadro de personal de controladores. Los especialistas estaban contentos, porque sumaban horas extras muy bien remuneradas.Con la llegada de la crisis, Fomento utilizó estos elevados salarios para desprestigiar a los especialistas que, temerosos de responder con un paro, vieron multiplicadas sus horas de trabajo.
El siguiente paso de AENA será substituir a los controladores, que son titulados que aprobaron una oposición, por personal precario y con menor formación, los llamados AFIS, subcontratados a compañías privadas, como ya ha intentado AENA en El Hierro. Los controladores aéreos desaparecerían de la mayoría de los aeropuertos de la periferia, para concentrarse en Madrid.
Cancelada la conferencia para explicar la privatización
Fomento pretendía explicar a las grandes corporaciones el proceso de entrada de capital privado en el tráfico aéreo y en la gestión de los aeropuertos en una conferencia el 26 de octubre. La entrada, como ya adelantó Galicia Confidencial, valía 1.200 euros.
El ministerio de Pepe Blanco había encargado la organización del elitista evento a una filial de Unidad Editorial, la editora de El Mundo, uno de los medios más críticos con los controladores.
Pero cuando la noticia transciende en la red, los asalariados de los servicios de tierra del sindicato CGT convocan una protesta en la puerta, y Fomento cancela la conferencia. Por eso nada se sabe todavía si los aeropuertos gallegos conservarán sus controladores o si el tráfico aéreo pasará a ser operado por compañías privadas.
El ‘boom’ del ladrillo en AENA
El principal argumento de Lema Devesa, ex-alto cargo de la constructora gallega San José y director de AENA, para justificar la privatización es la deuda contraída por AENA en los últimos años.
La mayor parte de esa deuda proviene de la construcción de nuevos aeropuertos y terminales que hoy en día apenas tienen tráfico pero que, eso sí, dejaron pingües beneficios en las arcas de las compañías constructoras, incluída San José, que ejecutó parte de las obras de la T4 de Barajas sacadas a concurso bajo la supervisión del citado Lema Devesa.