El conflicto de los controladores aéreos: la otra cara
— Javier G. Pereda
Desde luego, no podíamos en Gizmodo dejar pasar todo este revuelo (¿lo pilláis?) sobre el conflicto que afecta a los gadgets más creciditos y complejos que ha construido el hombre: los aviones. Están prácticamente todos en tierra, ya que el gobierno ha sacado un decreto que obliga a los controladores a trabajar unas horas que en el anterior acuerdo no estaban por ningún lado.
Esto ha desembocado en que los encargados de que los aviones no choquen unos con otros al despegar ni aterrizar -entre otras cosas- hayan abandonado sus puestos de trabajo, puesto que una huelga organizada, al contrario de lo que todo el mundo cree, no hubiera servido de nada.
¿Quieres conocer el por qué, los detalles? Hemos tenido la oportunidad de entrevistar a uno de ellos, y nos ha sorprendido que no tuviera cuernos y una cola de demonio como habíamos pensado. Lo que nos ha contado, cosas que el gentío en general desconoce, nos ofrece una visión más amplia que el simple “Uuuh, cobráis mucho y os odiamos” y, desde luego, nos hace reflexionar sobre si nosotros hubiéramos hecho lo mismo o no. Puedes ver la entrevista completita, como siempre, tras nuestro salto.Toda la historia, desde el principio, y una reflexión sobre lo que puede ocurrir ahora.
A continuación, todos los detonantes de lo que ha ocurrido, desde el principio, según el trabajador de control entrevistado:
“Antes que nada, reconozco que esto que han hecho muchos controladores (no todos) ha sido una barbaridad, pero hay muchas cosas que la gente desconoce, y es lo que me gustaría transmitir.
Todo esto ha empezado porque Aena tenía un déficit de 12.000.000.000 (doce mil millones) de euros que venía arrastrando desde 2009.
Para justificarlo, el gobierno y Aena han venido diciendo por activa y por pasiva que este tremendo déficit es por los sueldos de los controladores aéreos, lo que es falso, colocando a la opinión pública en contra (que dado el tiempo de crisis, es sencillo de hacer dando este argumento).
Lo que realmente no se ha dicho es que este tremendo déficit se ha producido por una mala gestión de Aena, creando aeropuertos deficitarios como el de Huesca, León, Lérida… aeropuertos que hacen perder más dinero del que generan. Además, Aena ha estado empepinada en llevar a cabo obras faraónicas, como la terminal T4 de Madrid, la nueva terminal de Málaga, la de Barcelona… a todas luces exageradas.
Esto realmente, y no lo que el gobierno tan alegremente anuncia por televisión (y todo el mundo parece creerse sin reparos) es lo que ha producido el 90% de este déficit, siendo los sueldos de los controladores únicamente responsables del otro 10% de todas esas pérdidas.
Con la opinión pública totalmente en contra y estando los controladores demonizados, el gobierno sacó fácilmente el real decreto del 5 de Febrero de 2010, por el cual se modificaron no sólo las condiciones económicas, si no también otras muchas laborales.
Entre otras cosas, el gobierno, a través de Aena, nos rebajó el sueldo en un 40%, modificó los tiempos de descanso, de vacaciones, los turnos… todo. En cuanto a los sueldos, muchos titulares dijeron que cobrábamos cantidades desorbitadas, cuando en realidad eso lo cobraban tres o cuatro individuos que no estaban en frecuencia, es decir, controlando, si no que se dedicaban a otras cuestiones. La inmensa mayoría de nosotros teníamos un sueldo muchísimo más reducido, pero una vez más se dispusotoda la opinión pública en contra.
Ante este ‘decretazo’, los controladores nos reunimos para plantear la posibilidad de hacer una huelga legal, la misma a la que todo trabajador tiene derecho. Aena, ante esto, dijo que se pararían todas las negociaciones hasta que dejásemos bien claro que no habría huelga. ¿Cómo vamos a negociar con estas condiciones? ¿El gobierno nos obliga a ni siquiera plantear una huelga legal si queremos hablar sobre la situación y negociar? Ellos pueden sacar decretazos, pero nosotros no hacer una huelga legal.
Finalmente, ante esta amenaza, el colectivo de controladores decidió seguir negociando sin la posibilidad de una huelga. De esta manera, afortunadamente para todos, se llegó a un ‘acuerdo de mínimos’ en agosto: tanto los controladores como Aena se comprometieron a cumplir una serie de puntos en los que, entre otras cosas, se llegaba a un acuerdo en el número de horas que teníamos que trabajar al año, los turnos de descanso, acción social, etc.
¿Qué es lo que ha ocurrido?” -prosigue el entrevistado- “Que ha pasado el tiempo y Aena no ha cumplido prácticamente ninguno de estos puntos. Ni vacaciones asignadas, ni días de descanso. Entre otros ejemplos, se me ocurre el llamado sleeping day. Es un turno de 10 de la noche de un día a las 8 de la mañana del siguiente. Pues bien, en Aena querían considerar ese día como libre, cuando obviamente no lo es. ¿Las horas trabajadas de 12 a 8 dónde se van, a la basura? ¿Somos máquinas que no necesitamos dormir luego? La seguridad de muchísima gente depende de que estemos bien lúcidos en nuestro puesto… pero lo que se le comunica a las masas es que ‘ganamos mucho’, todo lo demás no importa.
Bien, como decía… además de no cumplir ese acuerdo de mínimos que hubo, pretendían que teníamos que estar las 24 horas de los 365 días del año totalmente disponibles, de manera obligada.
Además, y esto es lo que ha generado realmente este caos, se estipularon 1670 horas de trabajo anuales, en este pacto de agosto. En estas horas entraban las bajas, derechos por paternidad, los cursos de reciclaje obligatorios y otro tiempo que los controladores dedicamos al trabajo y que no es estar en frecuencia, es decir, controlando. Como siempre había sido.
Entonces, de repente, en el aeropuerto de Santiago los controladores se encuentran con que ya han trabajado todas las horas que por ley (recordemos que es lo que el gobierno pactó) debían trabajar. Por lo tanto, no podían trabajar más, ni siquiera legalmente, incluso aunque quisieran. Esta ausencia de controladores lleva ocurriendo desde hace un par de semanas, no es nuevo de ayer viernes 3 de diciembre.
Por lo tanto, el gobierno, lo que ha hecho es sacar un parche para cubrirse las espaldas: otro decretazo en el que se inventan que esas horas de trabajo en las que no estamos de frecuencia, de repente no cuentan como horas de trabajo, y así aún nos faltan bastantes. Lo sacan justo el mismo 3 de diciembre, antes del puente, para inventarse horas de trabajo extras para los controladores, sacar de donde no hay. Un buen truco por su parte y muy desconsiderado justo en ese día.
Aquí, todos los pasajeros, a los que comprendo (ya digo que no me parece que mis compañeros hayan hecho esto de la forma más adecuada, aunque también les comprenda perfectamente), deben saber cuál es la realidad sobre una huelga legal de controladores, según la ley, porque hay algo absurdo y totalmente increíble: los trabajadores que hay en los servivios mínimos durante una huelga de controladores son mayores que los trabajadores que hay en situación normal.
Con las leyes con las que contamos ahora, por poner un ejemplo, hay torres en las que hay 5 o 6 controladores y que en huelga los servicios mínimos son 8, o torres en que normalmente hay 2 controladores y que durante una huelga el mínimo legal es 4.
¿En qué posición deja Aena y el gobierno a los controladores? Además de no poder hacer presión mediante una huelga legal (que es totalmente inútil si vamos a acabar trabajando más), aprueban ese decreto el mismo día antes del puente, para no dar ni el mínimo margen a la negociación.
Teniendo en cuenta todo lo anterior, lo que ha ocurrido es que mis compañeros han explotado. Ante la impotencia e imposibilidad de hacer nada y viendo las continuas imposiciones, parches y vapuleos a nuestros derechos y condiciones laborales, han explotado. No podía ocurrir otra cosa, porque no son ellos los que no quieren negociar, si no el gobierno, que únicamente sabe aprobar decretos-ley, prohibir continuamente cosas e inutilizar nuestro derecho a huelga legal, mientras inflan la rabia en las cabezas del ciudadano de a pie con historias de los sueldos, cuando aquí nadie ha pedido cobrar más tras la reducción, simplemente respetar un acuerdo sobre las horas a trabajar.”
Mi entrevistado no deja de arquear las cejas y decir “madre mía la que se ha liado”. Prosigue:
“Es como tener a un león dormido en su jaula. Si le das de comer y le tratas bien, hará todos los trucos que quieras al despertar, le tendrás perfectamente domado. Si le pones a dieta y no sólo eso, si no que empiezas a achucharle, a toquetearle, a molestarle y encima abres la jaula, la próxima vez que despierte, es inevitable, el león arrambla y dice ‘a tomar por cu*o’.
Sigo pensando que lo que han hecho los controladores es injustificable, pero más que comprensible dada la presión por parte de Aena. Así no se puede trabajar en condiciones. ¿Dónde está la seguridad de los pasajeros? No se trata de dinero, en ningún momento hemos hablado de dinero, si no de horas.”
Ante mi pregunta de qué va a ocurrir ahora, contesta:
“No lo veo claro. Se ha decretado el Estado de Alarma, y los militares pueden entrar a las torres de control. Tengo que decir que esto no es como la gente piensa, no pueden trabajar en nuestro puesto porque los militares no tienen licencia aeronáutica para controlar el tráfico civil. El término ‘militarizar’ se refiere a que los militares les obligan a los controladores a trabajar, no a punta de pistola, si no ordenándoselo, y al estar en Estado de Alarma, al controlador en cuestión, si se niega, se le puede aplicar el reglamento y penas militares, pudiendo acabar incluso en la cárcel.”
En este momento el entrevistado se ríe y comenta: “¡Todo por no querer el gobierno sentarse a hablar! No quiero entrar en cuestiones políticas, pero ¿es esto un gobierno de izquierdas? A mi me parece más una medida franquista”.
Prosigue:
“Incluso si el gobierno mete en la cárcel a todos los controladores, ¿qué va a hacer? No tienen capacidad para suplirlos. Los militares no pueden trabajar. Imagina que meten a 80 controladores en la cárcel. ¿Esta decisión extrema del gobierno va hacer que el espacio aéreo se ponga en marcha? Lo único que va a hacer es satisfacer unos deseos de venganza que el pasajero tiene… deseos inspirados por lo que el propio gobierno, especialmente José Blanco (ministro de fomento), ha estado diciendo a los españoles. Palabras como chantaje, privilegios (que en cualquier caso nos han quitado ya) y decir que hemos tomado a los españoles como rehenes no conducen a nada (además de ser falso), es meter cizaña, crear malestar, dirigir la rabia del ciudadano hacia los controladores en lugar de hacia el gobierno.
De modo que la cárcel no es una opción viable, al menos para la mayoría. Si los controladores no vuelven, el gobierno no puede hacer nada para restablecer el espacio aéreo.
Además, ¿es creíble que todo un sector de trabajadores seamos salvajes avariciosos? Un grupo de personas puede ser, pero no todo un sector, no hay que pensar de forma tan simple, ¡por Dios! Cuando algo tan grave ocurre, es que algo no funciona.
Lo último que quiero decir es que no queremos más dinero, después de ese 40% de menos que ganamos, simplemente queremos que respeten los acuerdos a los que se llega, y que no vapuleen nuestros derechos y horas de trabajo con un decretazo tras otro, mientras que no podemos hacer nada, no quieren ceder en nada, no permiten una huelga legal.”
Bueno, hasta aquí las declaraciones de este controlador aéreo que ha podido entrevistar Gizmodo. Sin entrar en posiciones, me ha parecido una persona bastante… normal, digamos. ¡Quizá yo también esperaba encontrarme con un ser desagradable tras todo lo que vi por televisión! Incluso reconoce que sus compañeros no debían de haberlo hecho así, a pesar de comprenderlo y explicarnos los motivos. Siempre es interesante oír la otra parte antes de juzgar a nadie.
¿Cómo lo veis vosotros? ¿Culpa de los controladores, culpa del gobierno? ¿Se nos dice toda la verdad, o el gobierno oculta sabiamente ciertos datos que colocaría la opinión pública en su contra?
En cualquier caso, esperemos que esto se resuelva en cuanto antes para que la gente pueda viajar tanto como quiera… y especialmente, lo que me ha llamado la atención, viajar de forma segura. En esas cosas no pensamos nunca. Yo no quiero tener a un tío con jaqueca por no haber dormido, diciendo al avión en el que viajo dónde debe aterrizar…