La reparación de los daños del conflicto en AENA condiciona su privatización
La vuelta a la normalidad no oculta los destrozos provocados en el sistema de navegación aérea. Los 442 controladores expedientados y militarizados junto a sus 1.600 compañeros, siguen en sus puestos y hoy son insustituibles. La resaca del conflicto condicionará la transformación de AENA. Su privatización, la desregulación de las torres y la revolución del ‘cielo único’, son tareas para 2011.
Antonio Ruiz del Árbol – Madrid – 06/12/2010
La guerra abierta del fin de semana entre AENA y su colectivo de controladores no ha dejado únicamente como efectos colaterales un estado de alarma, las vacaciones frustradas de miles de viajeros o pérdidas millonarias en las aerolíneas. El sistema de control del tráfico aéreo español, ya seriamente deteriorado por un conflicto que se ha prolongado por más de un año, ha resultado completamente destrozado.
Los mismos profesionales que el viernes por la tarde se levantaron de sus consolas de trabajo en los centros y torres de AENA dejando el cielo vacío, y que ahora están militarizados, expedientados y sobre los que pesan la expectativa de largos procesos penales, esos mismos controladores, son los que en este momento separan aviones bajo vigilancia militar en un espacio aéreo que, con más de dos millones de vuelos al año, es el segundo más transitado en Europa.
Por razones que, en un momento de examen de conciencia como el que ahora se abre, también deberían ser aclaradas, existe en España una alarmante escasez de controladores aéreos. Esta sequía provocará el contrasentido en las próximas semanas y meses de que profesionales que por la mañana tendrán que acudir a los juzgados, por la tarde deberán sentarse en su puesto de control para realizar un trabajo delicado que requiere conocimientos específicos, capacidad de concentración y también templanza de ánimo.
Más aún; esos mismos controladores están destinados a ser los ejecutores de la más ambiciosa revolución de los sistemas de control del tráfico aéreo durante el proceso que en 2011 debe desembocar en el llamado cielo único europeo.
Los cambios que se avecinan
El Ministerio de Fomento y AENA iniciaron ya a comienzos de 2010 una completa reforma del sistema de trabajo del colectivo español de control aéreo, de los sistemas de acceso a la profesión y también del régimen en el que se ejercitan determinadas funciones de separación de los vuelos.
La lista de reformas en marcha es amplia. Los decretos que modificaron radicalmente el sistema laboral de los controladores (y que han desembocado en la rebelión del colectivo), por un lado. Los nuevos planes de formación de profesionales de control aéreo, adelantados por la empresa de capital público Senasa, que ahora serán ampliadas con otras iniciativas particulares que ya se preparan, por otro. La convocatoria de concursos para la entrada de la competencia en las torres de control en una decena de aeropuertos; o la introducción de los sistemas AFIS (aterrizaje y despegue mediante sistemas de información y sin asistencia de controladores) en los aeródromos nacionales de menor tráfico. Todas son iniciativas que ya se han echado a rodar, pero que deberán ser completadas en los próximos meses, coincidiendo con el viacrucis judicial que espera a los controladores.
Por si fuera poco, la semana pasada el Gobierno lanzó el proceso de privatización parcial de AENA, la empresa pública propietaria de la red de aeropuertos. En el mismo decreto ley que aprobó el Consejo de Ministros se incluía una normativa que conducirá a la convocatoria de concursos para adjudicar a grandes grupos aeroportuarios de capital privado la gestión de los aeródromos clave del sistema como Madrid-Barajas o Barcelona-El Prat. El calendario tiene como tope el fin de la actual legislatura, con lo que el proceso de reformas se concentrará a lo largo de 2011. Los sindicatos representativos de AENA, incluido el de controladores, USCA, ya han anunciado paros para paralizar la privatización.
Pero la revolución no termina aquí. La implementación del cielo único en la Unión Europea implicará en 2011 la introducción de procedimientos completamente nuevos como la navegación por trayectoria, el control de aviones vía satélite o la reducción a nueve de los actuales espacios nacionales.
Mucho cambio para unos controladores que deberán encajarlos entre visita y visita a los juzgados.