Aeropuerto de Córdoba: 21 millones de hormigón pero ningún vuelo
AENA reconoce que aún no «hemos recibido la solicitud de ninguna aerolínea» y el Ayuntamiento habla de forma genérica de «contactos»
La reforma del aeropuerto de Córdoba toma tierra en la realidad. Las obras de ampliación de la pista, necesaria para que después de 25 años vuelva a acoger vuelos comerciales regulares, están a punto de terminar y estará operativa a finales de año o principios de 2012. Ahora bien, no se prevé que para entonces reciba aviones. AENA, la máxima autoridad aeroportuaria, no ha recibido solicitud aún de ninguna aerolínea para operar desde la capital. Varias compañías aéreas consultadas no arrojan luz. Y menos Capitulares.
Sí está claro, según informaron fuentes de AENA, que sus previsiones son que las obras de recrecimiento del área de aterrizaje, que han costado 21,8 millones, terminen a finales de abril. Están ya a más n del 95% y las actuaciones que se están haciendo van desde tareas de pintura a trabajos de balizamiento pasando por actuaciones de reposición de tierra.
Ahora bien, desde la máxima autoridad aeroportuaria, se advierte de que las «fechas que barajamos apuntan a que esté operativa a finales de 2011 o principios de 2012». Hasta ahora, se había facilitado el horizonte de las postrimerías de este ejercicio y ya se ofrece también el del arranque del año que viene. En AENA, matizan que, una vez acabadas las obras, para que pueda ser usada, antes hay que realizar pruebas y obtener una serie de permisos que «avalen la utilización de la pista». Además, Endesa debe soterrar una líneas eléctricas que hay fuera del área aeroportuaria y que, de mantenerse como ahora, serían un obstáculo para los aviones.
Silencio en las aerolíneas
De cumplirse los plazos, el área de aterrizaje estará operativa aproximadamente con dos años de retraso sobre lo previsto.
Pese a que tiempo ha habido para captar aerolíneas, sobre todo por parte de las autoridades, no se prevé que, cuando Córdoba tenga «pista libre» allá por el final de 2011 o el inicio de 2012, vaya a tener vuelos que aterricen en ella. La propia AENA reconoce que «oficialmente no hemos recibido la solicitud de ninguna aerolínea». «Aún es pronto para ello», matizan los interlocutores consultados sin dar ningún síntoma de alarma.
Y las compañías de bajo coste «planean» al ser interrogadas sobre su interés por arribar a la capital. Fuentes de Ryanair se limitaron a señalar que «no hacemos comentarios previos. Sólo cuando tenemos decidido volar desde un destino». En Vueling, son aún más escuetos: «No tenemos nada que decir por ahora».
Además, ABC intentó sin éxito contactar con Air Nostrum —la aerolínea líder regional española y filial de Iberia, si bien no es una «low cost»—. Hay que recordar que en febrero esta compañía se quitó de encima la cuestión asegurando que contemplaba todas las posibilidades, aunque advirtiendo de que «no está programada, por ahora, ninguna operación» en el aeropuerto de Córdoba.
Por su parte, el Ayuntamiento no ha tomado una velocidad supersónica para buscar operadores. En 2007, anunció que iniciaría contactos con compañías «low cost» para que arribaran a la ciudad.
Pues bien, el pasado mes, el edil de Urbanismo, Francisco Tejada, demostró que tras cuatro años la capacidad negociadora del Consistorio no es de altos vueltos. Se limitó a indicar que «ha habido, hay, y se producirán contactos» con aerolíneas. Fuentes municipales señalaron ayer en la misma línea que «ha habido algún contacto del Ayuntamiento con compañías que han mostrado interés por operar en Córdoba». «Uno de ellos fue poco antes de primeros de diciembre», concluyeron. Por cierto, volviendo a Tejada, en su intervención de marzo reconoció que una época de crisis como la actual «no es la mejor» para que se desarrollen nuevos proyectos.
La ventaja de las tasas
Contra Córdoba juega otro factor económico más. A las aerolíneas, sobre todo a las de bajo coste, les gusta contar con subvenciones de las Administraciones para «aterrizar» o mantenerse en los aeropuertos. Basten un par de ejemplos: Ryanair cobrará de 2010 a 2014 un total de 17,4 millones del Gobierno de Aragón y el Ayuntamiento de Zaragoza. Percibirá esa cantidad por comprometerse a mantener ocho rutas desde el aeropuerto de esta ciudad y a establecer, sin fecha, una base de operaciones en dicho aeródromo.
Otro más: Vueling recibirá una ayuda del Ayuntamiento de Vigo de 650.000 euros para retomar desde este mes y durante el verano una ruta entre el municipio gallego y Londres.
No en vano, el propio Tejada cuando en marzo aludió a la llegada de vuelos comerciales, recordó a la Junta que en otras comunidades en algunos casos las Administraciones regionales subvencionan el desembarco de las aerolíneas. Sus palabras tienen toda la lógica, ya que Capitulares, con la crítica situación de sus arcas, difícilmente podrá dar ayudas a la instalación en el aeródromo.
Pero no todo son turbulencias. Rafael Jiménez, que presidió la Asociación Vuelos de Córdoba desde su fundación en 1996 hasta su desaparición en 2009, advierte de que pagar «no es la única solución» para hacer atractivo un aeródromo. Revela que las tasas aeroportuarias —de aterrizaje, rodaje o «handling» (básicamente servicio de facturación de equipajes)— que se cobrarán a las aerolíneas en el aeropuerto de Córdoba, que es de tercer nivel, son «muchísimo más bajas» que las que deben pagar en el de Sevilla e «infinitamente menores» que en el de Málaga —ambos de primera categoría—. «Y también serían bastante más bajas que las de del Granada de segundo nivel», añadió.
«Lo más operativo posible»
Para Jiménez, la clave para que el aeródromo sea «cuanto más operativo posible» y que atraiga compañías aéreas está en contactar con ellas y con los grandes touroperadores desde las autoridades y el empresariado cordobeses para «hacerles ver lo atractivo que sería volar desde aquí tanto por las tasas como por la centralidad de Córdoba para distribuir a sus turistas por Andalucía». Eso sí, cree que AENA también debería ayudar a buscar aerolíneas, porque «el negocio es suyo y pierde dinero en 40 de 50 aeropuertos». Jiménez dijo que sería «muy deseable» que se hubiera cerrado ya algún operador para el aeródromo. «No sé si hay contactos. Creo que no», matizó. Y denunció que «no hay coordinación» entre autoridades, empresarios y AENA. Eso, avisó, es «un problema para el futuro del aeropuerto».