Declaro inaugurado este aeropuerto

Daniel Vazquez Sallés. Público.

“Declaro inaugurado este aeropuerto” es una de las frases favoritas de los políticos de la España moderna. Inaugurar algo para ganarse el aplauso de los votantes potenciales ha sido y será uno de los deportes favoritos de los gobernantes. De qué régimen, no importa. En la democracia española, por poner un ejemplo fácil y cercano, los aeropuertos han relevado a los antiguos pantanos en cuanto a populismo y pesca de votos por parte de los alcaldes, concejales, ministros o presidentes, ante la evidencia de que para la psique popular disponer de un aeropuerto, aunque no disponga de un mísero aeroplano en sus hangares, te hace ganar el derecho de pernada en el club de los modernos. Y si dispones, además, de un AVE recorriendo el horizonte, ya eres la hostia.

Qué país este, tan quijotesco y tan valleinclanesco a la vez. Se construyen aeropuertos fantasmas y se echa lodo en las pistas de los aeropuertos que buscan ser un hub sin el beneplácito de Aena, asociación espejo de esos jacobinos y demócratas de toda la vida que nunca han tenido en sus plegarias a la España federal. Si hoy nos reímos de Carlos Fabra y sus maniobras orquestales en la oscuridad para construir esa joya de lo inútil que es el aeropuerto de Castellón, es de justicia reírse también de la Junta de Castilla – La Mancha y su aeropuerto edificado a mayor gloria del PSOE y de los futuros arqueólogos. 

En caso de querer lanzar la caña en un mar de fondo electoral, no existe mejor frase que la de: “Declaro inaugurado este pantano”. Perdón, quería decir aeropuerto.