La mitosis de controladores aéreos

En biología, la mitosis (del griego mitos, hebra) es un proceso que ocurre en el núcleo de las células eucarióticas y que precede inmediatamente a la división celular, consistente en el reparto equitativo del material hereditario (ADN) característico. La mitosis es el tipo de división del núcleo celular por el cual se conservan los orgánulos y la información genética contenida en sus cromosomas, que pasa de esta manera a las células hijas resultantes de la mitosis.

Es decir, donde había una célula, ahora hay dos.

La carencia a nivel mundial de controladores aéreos en España es especialmente acuciante. La última promoción de controladores aéreos según el modelo público de formación data de 2006. Desde ese año no se ha formado ni un solo controlador radar en España.

En periodos legislativos anteriores, la tasa de formación de controladores aéreos ha sido elevada, entre otras cosas como resultado de los acuerdos alcanzados dentro del marco de negociación colectiva del I Convenio Colectivo Profesional, que llegó a su término en 2004 para dar un Laudo Arbitral obligatorio a principios de este año.

Para que un controlador aéreo pueda ejercer efectivamente como tal (lo que el argot se denomina ATCO, Air Traffic Controller Operative) debe estar en posesión de una licencia, tener una habilitación específica para el puesto de trabajo y haber superado las pruebas médicas correspondientes (CIMA). Existen controladores que, aún teniendo licencia, no poseen ni la habilitación específica ni el certificado de aptitud psicofísica correspondiente (por ejemplo por encontrarse de baja médica sobrevenida, no haber mantenido un número mínimo de horas en frecuencia, etc).

El diputado Andrés Ayala ha revelado recientemente en una interpelación a José Blanco que el Ministerio de Fomento, a través de AENA, falseó de manera sistemática y deliberada las estadísticas sobre el número de controladores aéreos operativos que se envían anualmente a Eurocontrol para la confección de diversos informes al haberse suministrado el total de controladores con licencia en vez del número de controladores operativos. Es más: en el último informe de Eurocontrol AENA no ha facilitado ningún dato sobre esta cifra.

Dado que la productividad de los controladores dependientes de una empresa de servicios de navegación aérea se calcula con un ratio en el que se computa el número de ATCOs, es evidente que las cifras de productividad de los controladores españoles han sido manipuladas de forma deliberada por el Ministerio de Fomento bajo la responsabilidad directa del Presidente de AENA, Juan Lema, de la Directora de Navegación Aérea (Carmen Librero), de su adjunta (Mari Luz de Mateo) y, ulterioremente, del propio ministro José Blanco.

Según diversos cálculos aparecidos en prensa así como datos oficiales sobre el número de controladores aéreos formados en España, la curva del número de controladores vs. el año se muestra en esta gráfica: en ella se observa un crecimiento paulatino a lo largo de los años, que sin embargo no correla con el número de vuelos que han tenido que gestionar en el espacio aéreo español. Si Representamos el número de pasajeros que han volado en España vs. el número de controladores aéreos disponibles observamos un preocupante incremento cerca del año 2000, que disminuyó hasta el año 2004. A partir de ese año, el ratio pasajeros/controlador empieza a crecer exponencialmente hasta la actualidad.

Con el nuevo modelo de formación de controladores a través de SENASA según el cual los alumnos deben costearse sus estudios previo pago de unos 45.000€ para tener exclusivamente una licencia y estudios de control de aeródromo pero no de radar, es evidente que el sistema de gestión del tráfico aéreo en España se enfrenta a una difícil situación, propiciada tanto por las políticas actuales como por las anteriores.

La congestión del espacio aéreo español ha llevado a nuestros cielos a una situación insostenible en la que las compañías aéreas están perdiendo dinero porque se les prometió una capacidad de la que el sistema carece, esencialmente porque el número de aviones a cargo de un solo controlador aéreo no puede tender al infinito. Existe un límite por seguridad, denominado «Capacidad del Sector».

En el acuerdo de bases del verano de 2010, AENA se comprometió con el sindicato USCA a calcular las capacidades y las cargas de trabajo de los distintos sectores del espacio aéreo español con transparencia y con la mediación de Eurocontrol. Esto no ha ocurrido.

Mientras tanto, AENA ha ido reduciendo personal para abaratar costes, ha cerrado sectores, ha decidido suprimir controladores en la T4 de barajas y los escasos 1800 controladores aéreos operativos de nuestro país hacen contínuos juegos de bolillos para poder asumir un número de aviones cada día más alto. Las perspectivas de recuperación económica del sector turístico y de las aerolíneas solo complicarán aún más esta situación.

Asistimos, por tanto, a un colapso del sistema de navegación aérea en España de difícil solución. Las medidas que se quieren adoptar desde el Ministerio de Fomento, ya tarde, con prisas y con poco tino, comprometen la seguridad aérea. Se quiere reducir la separación entre aeronaves, aumentar la carga de tráfico de los sectores y lo que parece a todas luces más irresponsable: que un controlador aéreo trabaje sin ayudante en monoposición (single man operations) emulando los errores que propiciaron el accidente del lago Constanza.

Ante la imposibilidad de una mitosis milagrosa de los controladores, la dirección de AENA y D. José Blanco, muy preocupados con la privatización de Aena Aeropuertos S. A. y su ulterior salida a bolsa, están obviando lo más evidente y están actuando a la desesperada. Sin más controladores todo se va al traste, tanto por las pérdidas económicas derivadas de los retrasos de las compañías aéreas como por un desgraciado y ya vislumbrable accidente que costaría vidas humanas y pondría en jaque un sector esencial de la economía española: el turismo.