Acciona, FCC y Sacyr ven peligrar sus ofertas por las torres de Aena

Sólo una parte de los consorcios interesados por los tres lotes licitados dispone del certificado obligatorio de la Agencia de Seguridad Aérea. En juego, un negocio de 100 millones de euros.

El lunes al mediodía vence el plazo que Aena dio a los ocho consorcios para pujar por los tres contratos de gestión de las torres de control de la empresa dependiente de Fomento. Hasta ayer, sólo una parte de las agrupaciones empresariales, entre las que figuran los mayores grupos de construcción españoles, disponía del certificado obligatorio que habilita la Agencia Española de Seguridad Aérea (Aesa), por lo que el traspaso de las trece torres de control en liza corre el peligro de quedar seriamente adulterado.

“Sería una gran irresponsabilidad por parte de Aena que el criterio de selección de las empresas se redujese a contar con un sello oficial, en vez de valorar sus ofertas técnicas y económicas”, asegura uno de los consorcios afectados por el retraso administrativo.

Fuentes de Aena declinaron ayer hacer comentarios al respecto y se limitaron a señalar que “las empresas están realizando los trámites para conseguir la acreditación y el plazo para presentar su candidatura aún no ha terminado”. Por su parte, un portavoz de Fomento, del que depende Aesa, afirmó que “no hay problemas con la certificación, se están concediendo a suficientes compañías y el concurso avanza según lo previsto”.

En contra de la versión de Aena y Fomento, hay consorcios que no disponen de la acreditación oficial. Entre los afectados figuran FCC, que acude de la mano de la sueca LFV; Sacyr, que se ha presentado junto a la portuguesa Nav; y Acciona, que se ha aliado con Serco. El plazo para presentar las ofertas vence el lunes a la 13:00 horas. El resto de los consorcios, liderados por Saerco, Indra, Clece, ACS y Ferrovial, disponen del documento oficial.

En juego, está un negocio de 100 millones de euros durante los cinco años de contrato. “Lo verdaderamente grave es que las empresas que no accedan a esta primera experiencia de colaboración público-privada, pujarán en condiciones de inferioridad por los concursos realmente jugosos, como las torres de Barajas o El Prat”, que se licitarán posteriormente.

Además de la descoordinación entre los dos organismos dependientes de Fomento, las empresas aseguran que el precio máximo impuesto por Aena en los concursos de las trece torres (18 millones, un 45% por debajo del coste actual) dificulta la contratación de controladores en condiciones salariales razonables. “Es imposible pagarles ni la mitad de lo que ahora ganan”, señalan los expertos. Un asunto que los consorcios han llevado a sus departamentos jurídicos para evitar conflictos laborales asociados a la futura subrogación de los 150 puestos de trabajo en juego.

Prueba de fuego para el proceso de liberalización aeroportuaria que culmina en 2012

Aena decidió repartir los concursos de las trece torres de control en tres lotes.

El primero lo componen las torres de Alicante, Valencia, Ibiza y Sabadell. La cifra de negocio ronda los 35,5 millones de euros.

El segundo lote lo componen los aeropuertos de Sevilla, Jerez, Vigo, La Coruña, Melilla y Cuatro Vientos. La cifra de negocio asciende a 36,5 millones.

El último está formado por Lanzarote, Fuerteventura y La Palma. La cartera suma 22,5 millones de euros.

Además de las facilidades de recolocación que Aena ha dado a los controladores actuales, las compañías privadas podrían disponer de unos 200 nuevos profesionales a punto de terminar la instrucción de Senasa.

En una segunda fase, Aena tiene previsto licitar el resto de las torres, entre las que sobresalen las instalaciones de Madrid-Barajas y Barcelona-El Prat.

Acciona se ha aliado con la empresa británica Serco, a través de Servicios de Control de Tránsito y Navegación Aérea. El grupo de la familia Entrecanales quiere reforzarse en este mercado a través de su filial Acciona Airport Services, que tiene presencia en ocho aeropuertos y presta servicio a 250 aerolínas en Fráncfort, Madrid, Berlín, Hamburgo y las islas Baleares.

FCC compite en el concurso a a través de Agrupación Navsa-LFV. La constructora tiene una filial, Flightcare, que presta servicio de handling aeroportuario de pasajeros, rampa y carga. Opera en 14 aeródromos europeos (entre ellos, Madrid, Barcelona o Málaga en España), en los que da servicio a más de 34 millones de pasajeros. En el área de carga, maneja más de 333.000 toneladas al año.

Tower Traffic Services es la sociedad que representa a Indra en el proceso. El grupo tecnológico suministra sistemas de gestión de tráfico aéreo y dispone de más de 1.200 instalaciones en 90 países. Aena, Eurocontrol, Iberia y Aerolíneas Argentinas destacan en su lista de clientes. El transporte y el tráfico es su principal mercado, por detrás de seguridad y defensa.

ACS se mantiene en la puja por partida doble. A través de su filial Clece, participa con la sociedad Zenit Air Traffic Control. También compite con Etracontrol, de la mano de Cobra. La firma presidida por Florentino Pérez podría quedarse con una sola candidatura, si se cierra la venta de Clece (ACS ha firmado un acuerdo para venderla a Permira y Mercapital por 608 millones).

Sacyr compite en el concurso junto al operador portugués NAV, a través de Agrupación Sacyr Concesiones/NAV Portugal. La compañía presidida por Luis del Rivero construirá y gestionará durante 40 años el aeropuerto internacional de Murcia, lo que supondrá su entrada en el negocio aeroportuario. Sacyr controla un 60% en Aeromur, el consorcio adjudicatario.

En liza está también Ferrovial, que participa junto a la británica Nats (a través de Ferronats Air Traffic Services). Tras adquirir BAA en 2006, Ferrovial gestiona seis aeródromos en Reino Unido (entre ellos, Heathrow y Stansted en Londres), además del aeropuerto de Antofagasta (Chile). En 2010, esta división facturó 2.794 millones de euros, sobre un total de 12.169 millones.