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Son Sant Joan registra retrasos por las regulaciones en el tráfico aéreo

MIGUEL MANSO. PALMA
Los retrasos comienzan a hacer mella en el transporte aéreo. A las nueve y media de la mañana de ayer se formó una cola de quince aviones en la pista de despegue de Son Sant Joan. La procesión de aeronaves despertó la atención de los trabajadores del aeropuerto. «Un Boeing 757 de la compañía Condor ha esperado unos veinte minutos para abandonar Palma. Los comandantes nos han dicho que están perdiendo slots [franja horaria asignada para despegar o aterrizar]», aseguró un mecánico que presenció en directo el embotellamiento.
Hasta mediodía, Aena confirmó dilaciones en once operaciones de llegada y 19 de salida, con una media de «15 minutos de demora». Esta portavoz atribuyó los retrasos a las regulaciones del tráfico en los aeropuertos de Madrid, Barcelona y Marsella. Cuando se producen estos retardos, todo el mundo fija su mirada en las torres de los aeródromos. Pero esta vez, los controladores se lavan las manos. «Estamos trabajando a saco», corroboran los profesionales consultados, negando cualquier tipo de huelga encubierta o medida de presión similar. Sin embargo, critican la dimensión magra de la plantilla. La escasez de efectivos estaría causando las regulaciones del tráfico y la configuración de menos sectores (espacio aéreo asignado a cada profesional). Los controladores calculan que el déficit de personal en España asciende a 400 y en las instalaciones de Balears, a unos 20.
Las medidas adoptadas por Aena para mejorar la productividad de la plantilla no estarían arrojando los resultados deseados. El gestor aeroportuario ha reducido el número de personas que trabajan en el turno de noche y ha adelantado la hora de entrada por las mañanas. Los controladores se incorporan a sus puestos a las siete menos cuarto en vez de a las ocho para recibir al hub matutino. Además, les ha recortado el número de días de vacaciones que pueden disfrutar en verano, pasando de 15 a siete jornadas, y las libranzas estivales –de los seis servicios y cuatro libres han pasado a seis y dos–.
Los controladores vaticinan «un verano caliente», más demoras y el resquebrajamiento del laudo que trajo la paz a las torres. El laudo dictado por el árbitro Manuel Pimentel para solventar el conflicto entre Aena y los controladores fija la media salarial en 200.000 euros anuales y la jornada laboral en 1.670 horas para los años 2011 y 2012. Pero al actual ritmo de trabajo, los profesionales van a superar con creces ese tope de horas. Según los datos de Eurocontrol, el tráfico de aeronaves registrado en junio en Son Sant Joan creció un 7% en comparación con el mismo mes del año anterior. En Barcelona aumentó un 11,4%. Las previsiones para julio, agosto y septiembre apuntan a alzas de dos dígitos.
Los controladores sostienen que si se hubiese mantenido el ritmo de contrataciones de 43 por año en todo el país, el coste por controlador rondaría los 138.000 euros, en línea con el resto de países europeos. En 2008, estos trabajadores realizaron una media de 1.800 horas al año, de las cuales, 600 fueron extra. «Las nuevas hornadas de controladores formados en seis meses para ocupar las torres de aeropuertos pequeños se encuentran en el paro porque el Gobierno no ha encontrado compradores para esas instalaciones», afirman.

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