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Viajeros «secuestrados»

César Cabo

Esta frase se viene leyendo últimamente en algunos medios de comunicación, blogs, y redes sociales como consecuencia de los escandalosos retrasos aéreos que sufre el espacio aéreo español.

Algunos periodistas, y bastantes pasajeros, se quejan con amargura de padecer demoras de varias horas en sus vuelos, tanto en el aeropuerto de origen como en el de arribada.

Esto es un hecho incontestable, hasta aquí todos estamos de acuerdo, menos AENA, claro, la cual sigue negando la mayor en una huida hacia delante donde importa mucho más vender a toda la costa la empresa antes que mejorar un servicio en manifiesto deterioro.

Los supuestos secuestrados serían los pasajeros, víctimas de un control aéreo incompetente y abusivo. Aquí ya dejamos de estar algo de acuerdo. el que volar en España se haya convertido en una penitencia es sin duda consecuencia de una gestión ineficaz de los recursos humanos y del espacio aéreo, no de los denostados controladores aéreos.

Quiero pensar que a estas alturas de la película, tras más de año y medio de vapuleo, acoso mediático e institucional al nuevo chivo expiatorio español: el controlador aéreo, los más avezados se habrán percatado ya de que este culebrón huele a chamusquina y a podrido por los cuatro costados.

Los controladores aéreos somos los malos de la película, hemos asumido ya el sambenito, pero no somos los guionistas de la misma, no se dejen engañar. Ustedes, nosotros, viajeros todos, estamos secuestrados, sí, pero informativamente. La falta de voluntad de la prensa española en profundizar sobre la nefasta gestión y la venta y desguace acelerado de una empresa pública del calibre de AENA demuestra hasta que punto el país necesita un cambio de sistema. No son los políticos los únicos culpables de la situación de crisis y caída libre que nos domina, la prensa tiene un papel destacado en todos los acontecimientos; los ciudadanos también, somos consentidores sufridos del despropósito.

AENA decide, como ha hecho siempre, cuanta plantilla planifica para trabajar cada día. AENA decide, como es lógico y natural, cuantos vuelos vende y programa a lo lago del año y les asigna las horas de salida, los llamados «slots»

Si AENA, en una política de recortes digna de Margaret Thatcher, decide poner menos personal del necesario y permitir volar más aviones de los que puede atender, sin controlar con rigor las horas de vuelo, ¿qué ocurrirá?

Lo estamos padeciendo todos aunque la tendencia es,como no, a volcar toda la ira sobre los denostados chivos expiatorios, es decir, mi gremio profesional.

Los motivos son diversos, unos lo hacen ya por costumbre, las compañías aéreas por escurrir el bulto y tratar de salvarse de pagar indemnizaciones ya que muchos de los retrasos son achacables a las mismas, la gran mayoría por falta de información, esa que ciertos periodistas no procuran por falta de rigor profesional.

Cuando escuchen ustedes que su vuelo sufre regulaciones de tráfico aéreo sepan que se refiere a que hay exceso de demanda de vuelos vendidos y escasez de oferta de controladores, ambas decisión exclusiva de la empresa gestora.

Las leyes de la física no se pueden desafiar, diez aviones no pueden despegar de la pista de un aeropuerto a la misma hora. El último de los aviones saldrá ya con un cierto retraso que de repetirse la situación a lo largo de sus escalas acaba por acumular grandes retrasos por la noche.

Lo que sí que se hace es venderles a las aerolíneas el famoso «slot» a la misma hora, señores, así no hay quien vuele en hora.

¿Muchos se preguntarán que interés puede tener AENA en semejante guirigay? Da la sensación de que van al límite, agobiados con una privatización oscurantista y gafada, ávidos de ahorro y sabedores de cualquier error propio será con probabilidad adjudicado a los controladores. La incompetencia manifiesta del Ministerio de Fomento en la supervisión de la gestión del espacio aéreo español, crucial para el importante sector turístico, habría motivado ya una cascada de dimisiones en países allende los Pirineos. Aquí como todos bien sabemos no sale nadie del sillón ni con agua caliente a presión, ejemplos varios y recientes tenemos en todo el espectro político.

Los controladores caeremos mal, seremos denostados, envidiados y mil cosas más pero somos 2000 profesionales, que con nuestros defectos y errores como colectivo profesional, estamos trabajando desde hace meses en condiciones complicadas, dando un servicio de segunda, lo cual nos abochorna y de lo cual no somos responsables.

Me pregunto si a los «informados» y «profesionales» Jordi González, Julia Otero, Ernesto Sáenz de Buruaga, P.J Ramírez y demás estrellas del periodismo les daría por decir que las cajeras de una gran superficie están secuestrando a los compradores si encontrasen colas monstruosas un sábado en hora punta como consecuencia de haber tan solo un par de cajas abiertas. Aventuro que no, y esto demuestra que el sectarismo y la irresponsabilidad no es solo cosa de políticos, es un tema de mayor calado que nos afecta a todos.

La diferencia es que la mayoría somos ciudadanos anónimos sin armas de comunicación masiva en nuestras manos, por fortuna, internet, las redes sociales y los blogs nos abren unas pequeñas ventanas para tratar de paliar el secuestro informativo que padecemos en muchos temas.

Lo de los controladores es tan solo el islote de un iceberg de proporciones mayúsculas, sean curiosos, busquen por las redes, sáltense los medios tradicionales y no permitan que sus neuronas sufran arresto informativo.

Viajar con la mente es recomendable, saludable y asequible a todos los bolsillos, tal vez no apto para todos los cerebros, no dejen de hacerlo.

http://cesarcabo.blogspot.com/2011/08/viajeros-secuestrados.html?spref=tw

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