El vuelo que siempre llega tarde
El vuelo IB564 de Iberia que une Madrid y Santiago debería partir de Barajas todos los días a las 22.40 horas y llegar al aeropuerto gallego cinco minutos antes de la medianoche. Pero eso solo ocurre en la teoría, porque en la práctica los usuarios de esa conexión, muy demandada por viajeros compostelanos y gallegos que necesitan apurar la jornada en la capital de España, llega sistemáticamente tarde.
Según publica el diario La Voz de Galicia, no se trata de la percepción de un puñado de pasajeros.La propia compañía Iberia admite que “es habitual” que los últimos aviones que operan desde Madrid registren retrasos -superar los 15 minutos de espera se considera oficialmente un vuelo con demora- por las diferentes incidencias que se van acumulando a lo largo del día.
Hasta ahí la ex compañía de bandera española asume su responsabilidad y niega que tenga que ver con la negociación del convenio de los pilotos, para después cargar las tintas contra Aena y su gestión en el aeropuerto de Barajas. Eurocontrol ha publicado un informe que indica que la de Madrid es la terminal con más retrasos del continente, con demoras medias de entre 20 y 24 minutos. La pasada semana los controladores también admitían que las dilaciones en las operaciones se estaban produciendo por los cambios de turno, aunque también apuntaban a los nuevos horarios y la falta de personal, que ha provocado que los tiempos de demora se eleven este verano un 100%.
El diario La Voz de Galicia publica que ha seguido las evoluciones del vuelo en los primeros días de agosto y lo cierto es que en la última semana, entre el martes y el sábado, el IB564 siempre llegó oficialmente retrasado.
El martes fueron 25 minutos. El motivo oficial de Iberia, y así quedó registrado, fue por “lanecesidad de asistir a uno de los pasajeros”, explican desde el departamento de prensa dela aerolínea. Al día siguiente fueron 20 minutos, pero la disculpa fue diferente: la que llegó tarde fue la tripulación, que tenía que rotar y procedía de otro vuelo. El jueves perdieron 16 minutos en la salida y solo 11 en la llegada y en esta ocasión la espera se produjo para que se incorporaran pasajeros que procedían de enlaces de larga distancia: “El pasaje suele entender estas circunstancias, y más si se trata de 15 minutos”, dicen.
El IB564 es una conexión que no suele suspenderse, pues es el único avión que pasa la noche siempre en Lavacolla y a la mañana siguiente, con otra tripulación diferente, es el primero en salir hacia Madrid. Casi siempre puntual.
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