Tufillo no, lo siguiente
Magdalena del Amo, (18/10/2011)
El ministro de Fomento, José Blanco, dijo el día 6 que ya había presentado una querella contra el director de los Laboratorios Nupel, Jorge Dorribo. Eso me hizo cometer el error de escribir que ya había tomado medidas en los juzgados de Lugo. Mintió. Lo contempló y le aconsejaron no hacer nada; quedarse quieto, negar, contraatacar y sobre todo, no dimitir. “Ya se nos ocurrirá algo”, debieron pensar. El Mundo continúa con el goteo lento de apisonadora y cada edición va transformando el paisaje primaveral de Blanco en un árido erial. Y mientras el Partido Popular en Madrid pedía la comparecencia del Ministro de Fomento en la Diputación Permanente para dar explicaciones y los socialistas blindaban al acusado con sus votos, en Galicia, Pachi Vázquez montaba un circo parlamentario pidiendo explicaciones a Feijóo sobre su reunión con Dorribo en su despacho, y además presentaba pruebas, como si se tratara de un asunto secreto. Pachi Vázquez, actor político por naturaleza, estaba en su salsa, haciendo méritos, a sabiendas de que Pepiño quedará tan tocado que ya poca sombra le hará su copa a sus planes. Dicho esto, cabe resaltar que el Presidente —y no soy yo su portavoz precisamente, palabra— recibe, creo yo, en la medida que su tiempo y obligaciones le permiten, a empresarios, emprendedores, gente del cine y colectivos de diversa índole. No quiero pecar de ingenua –un periodista no debe serlo—, pero que Feijóo haya recibido a Dorribo no me parece ninguna barbaridad. Y si se le concedieron cuatro millones de euros en subvenciones, de forma irregular, hay que recordar que dos directivos del Igape están suspendidos de empleo y sueldo. Hay que recordar también que el Ministerio de Fomento adjudicó un contrato de 920.885 euros a la consultora Proitec, propiedad de Dorribo, empresa que preparaba proyectos, de cara a recibir ayudas públicas de forma irregular, y a efectuar pagos a políticos para conseguir esas ayudas. Carlos Monjero, que fue consejero de esta empresa, acaba de declarar voluntariamente ante la jueza y de aportar documentación
Ahora bien, este interés por tergiversar los hechos, poniendo a la par la visita “en el despacho” de San Caetano (con el protocolo correspondiente, luz y taquígrafos), y el encuentro a escondidas “en la gasolinera de Guitiriz”, son ganas de confundir al ciudadano. Parece que existe un interés en enmarañar el asunto para dejar a todos con el agua a la misma altura. Y no me refiero sólo a los socialistas, sino a algunos medios de comunicación y a periodistas de una tendencia muy determinada. Hace unos días, B. R., amparándose en el derecho a la presunción de inocencia, hacía una defensa de José Blanco arguyendo la cotidianidad de parar en una gasolinera —llamada área de servicio por los de Madrid—, esgrimiendo argumentos más bien surrealistas como aludir a ser de aldea, porque eso nos hermana a todos en Adán. Dos días después nos repetía la dosis, pero esta vez en defensa de Feijóo, es decir, concediéndole el mismo derecho a la presunción de inocencia que al señor Blanco. ¡Flaco favor le hicieron al Presidente sus consideraciones! Mi sorpresa de hoy me la causa el artículo de B. V., donde compara el despacho y la gasolinera, dando por hecho que las dos “reuniones” son reprobables, y establece un paralelo con el affaire Clinton-Lewinsky, arguyendo que lo que estuvo mal no fue el hecho en sí, que puede haber opiniones varias, sino el escenario de la acción. Varias cosas: O estoy mal informada, o creo que a Núñez Feijóo no se le ha acusado de cobrar 400.000 euros a través de facturas infladas para agilizar subvenciones. En cuanto al tema Lewinsky, hay que recordar que lo más escabroso del tema, más allá de la mancha o que el escenario fuese la sala Oval, fue la comisión de perjurio, un delito que en Estados Unidos tiene graves consecuencias porque el concepto moral está muy prendido en el alma colectiva.
Presunción de inocencia sí, pero el circo del portavoz del Gobierno y su entorno más próximo tiene cada vez los enanos más grandes. En cada nueva comparecencia ante la juez, Dorribo sigue tirando de la manta. Ahora, el punto de mira es el chalé de Las Rozas –ese lugar tercermundista donde, según José Blanco, no hay colegios bilingües—, escriturado en 670.000 euros, y que según declaración del empresario lugués, su socio y vicepresidente de Azkar, José Antonio Orozco, le habría ayudado a pagar. La relación de amistad Blanco-Orozco, reconocida por los dos, le proporcionó algún que otro favor a este último, y he aquí una lieçon interesante. Revela el periódico de Pedro Jota que Orozco solucionó los problemas que tenía con un almacén del aeropuerto de El Prat cuando se lo contó a Blanco y éste tiró de móvil y habló con alguien de Fomento. Entra aquí en el tablero el actual presidente de AENA –otro gallego—Juan Ignacio Lema Devesa, gran experto en temas aeronáuticos –aunque en la gestión de la huelga de controladores de 2010 no estuvo a la altura—, muy unido al Ministro y muy afín a la “pandi socialista gallega”. La amistad viene de lejos, tanto como de 1987 —quizá antes—, cuando Abel Caballero le nombra Director General de Transporte Aéreo. Ya andaba Touriño curtiéndose por esos pagos madrileños. Es también conocida la estrecha relación entre Lema Devesa y la Constructora San José, propiedad de Jacinto Rey, aspirante a un trozo de tarta del plan eólico gallego. Juan Lema fue consejero de San José y estuvo en nómina desde el 2001 al 2009, fecha en que Blanco le nombra presidente de AENA. Difícilmente entendible —y fácil a la vez— son las adjudicaciones por parte de AENA a la empresa San José que participó en la construcción de la ampliación del aeropuerto de Barajas (en UTE), por un importe de 6.000 millones de euros, y la participación de la constructora gallega en la obra de ampliación del aeropuerto de El Prat, por 1.000 millones de euros, licitada también por AENA.
Lo cierto es que los negocios de los socialistas no son moco de pavo. Se mueven como pez en el agua entre fusiones, absorciones, intermediación en la compra-venta de líneas aéreas, y privatizaciones. Más de un experto ha dicho que algunas de sus empresas parecen lobbys. De momento, el caso Campeón ha salpicado demasiado el barro. Esto, unido al mal momento para conseguir financiación y a la oposición del PP ha obligado a aplazar la privatización de AENA. Curiosamente, la Constructora San José también es aspirante.
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Directora de Ourense siglo XXI
Directora y presentadora de La Bitácora, de Popular TV
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