Una aerolínea en emergencia
Uno puede llamar como quiera a lo que está pasando en Aerolíneas Argentinas. Ser más o menos duro con la actual gestión. Pero los resultados desastrosos de la compañía, las marchas y contramarchas y los conflictos igualmente interminables hablan por sí mismos.
Hace cuatro años se celebró como un avance democrático que los controladores pasaran de la Fuerza Aérea al ámbito civil. Ayer regresaron a la jurisdicción militar. Con la misma lógica de entonces, se puede decir ahora que esta decisión es un retroceso de la democracia (Ver: Cristina puso otra vez los vuelos bajo control militar).
En el mismo recorrido, el jefe de los pilotos, Pérez Tamayo, descendió de aviador preferido de la Presidenta a cabecilla de un club de vagos y privilegiados.
Y Cirielli, el líder de los técnicos, hizo un viaje peor: en tiempos de Kirchner fue el subsecretario de Política Aerocomercial y hoy Cristina quiere quitarle la personería a su gremio.
El argumento para esta sanción extrema es que no acató la conciliación obligatoria. Pero el conflicto se disparó con los controladores, que no tienen sindicato . Cirielli intenta incorporarlos al suyo y Tomada tiene el trámite frenado. Pese a todo, el castigo le apunta directamente a él.
Una paradoja más: técnicos y pilotos habían sido aliados estratégicos del Gobierno en la pelea contra Marsans, el grupo español dueño de Aerolíneas. A tres años y medio, la estatización no fue completada: hay un juicio pendiente aquí y una demanda en el CIADI por US$ 1.200 millones.
El Gobierno ya puso más de US$ 2.200 millones.
La compañía da enormes pérdidas en un mercado regional donde el resto gana.
Y la explicación de que el déficit es por trayectos sociales no rentables hace agua:representan sólo el 5% de todos los servicios.
Se puede llamar como uno quiera, pero la impericia salta por todas partes.
Por si algo faltaba, hay una interna entre De Vido y los jóvenes de La Cámpora que administran la empresa. Y los pasajeros son, todo el tiempo, rehenes de este descontrol.
http://www.clarin.com/opinion/aerolinea-emergencia_0_591540856.html