La reconstrucción de la navegación aérea, un difícil reto para Ana Pastor
John White
La nueva Ministra de Fomento, Ana Pastor, se enfrenta a un reto formidable y nada envidiable: la reconstrucción de la navegación aérea española tras la gestión llevada a cabo por su predecesor José Blanco y Juan Ignacio Lema como presidente de AENA.
Algunos de los problemas de un sector crucial para el crecimiento económico de nuestro país de la mano del turismo orbitan los siguientes ejes:
– Retrasos y pérdidas económicas para las compañías aéreas
La evidente falta de capacidad del espacio aéreo español como resultado de las políticas socialistas en materia de estructuración del espacio aéreo y asignación de recursos humanos impiden ofrecer a las compañías aéreas un escenario de sostenibilidad necesario y fundamental. A un coste de unos 80 euros por minuto de demora y encabezando durante meses consecutivos las demoras del espacio de Eurocontrol, el espacio aéreo español se ha convertido en un atolladero del que es necesario salir cuanto antes. Un rediseño del espacio aéreo español, de las salidas instrumentales de los aeropuertos y de los procedimientos antiruido deberían contribuir a un aumento de capacidad. Por otra parte, un cálculo de capacidades declaradas realista y que tenga en cuenta los recursos humanos existentes así como su carga de trabajo se hace necesario como punto de partida para todo aumento futuro de capacidad.
– Seguridad aérea
La falta de independencia del organismo regulador – AESA- y de la empresa proveedora – AENA-, con un escenario de 47 cuasicolisiones durante el pasado año, dibujan unos cielos españoles inseguros y mal gestionados en los que la seguridad operacional ha sido despreciada sistemáticamente. La regulación de la seguridad aérea, de los proveedores y de los servicios prestados no pueden estar al servicio del enmascaramiento de una mala gestión, como se ha venido haciendo hasta ahora. La seguridad aérea debería ser el indicador de referencia y la meta de una gestión eficaz, transparente y respetuosa con la seguridad de los pasajeros que visitan nuestro país. Modelos «low cost» tales como el AFIS y el SDP dicen muy poco de la capacidad de los anteriores responsables del Ministerio, que han apostado por retrocesos en la calidad del servicio y la seguridad con el amparo de la AESA, al servicio de intereses políticos desatinados.
– Carencia de controladores aéreos
Con una claramente insuficiente plantilla de 1800 controladores operativos y una jornada laboral y unos turnos dictados sin criterio ni visión de futuro – y que están siendo investigados por la Unión Europea-, la formación integral (torre, ruta y aproximación) de nuevos controladores aéreos desde la administración debería ser uno de los ejes de actuación del ministerio. No se puede pretender que aumente la capacidad de nuestro espacio aéreo si no formamos nuevos controladores. La formación continua de los controladores y su participación en el desarrollo de los retos que nos depara el futuro deberían ser pilares básicos de un nuevo modelo de gestión en el que el «know how» de estos profesionales sea tenido en consideración. La desatinada y «goebbeliana» política de José Blanco pretendió únicamente conseguir votos populistas a cambio de destruir mediáticamente a los controladores. La formación de nuevos controladores y la puesta en valor como profesionales habría sido una mejor estrategia que habría desecho uno de los cuellos de botella más claros en todo el problema.
– Modelo «Librero» de la privatización del control del tráfico aéreo
La desvertebración del control del tráfico aéreo público con la «liberalización» de 13 torres de control de la mano de proveedores extranjeros sin experiencia y con poca trasparencia en el espacio aéreo español resta posicionamiento a AENA y a España de cara a competir por el mercado europeo e internacional de la navegación aérea. AENA ha sido el mayor proveedor de servicios aeroportuarios y de navegación aérea a nivel mundial y por tanto no es de recibo que si España quiere recuperar una posición preferente en el escenario europeo sean otros proveedores los que presten servicio en España. Las políticas socialistas de formación privada de controladores han pretendido únicamente generar un negocio en vez de ser una cantera de nuevos profesionales.
– Clima laboral
Las tensiones laborales vividas entre los controladores y AENA durante los dos últimos años y la política de la compañía y de su presidente Lema Devesa con los trabajadores han generado un clima de desconfianza, enfrentamiento y desmotivación muy poco deseables para el buen funcionamiento de la empresa. Es necesario un nuevo clima de confianza, constructivismo y motivación laboral por ambas partes, acompañado por una necesaria autocrítica de todos y la cicatrización de las heridas abiertas. El relevo al frente de Fomento y AENA serán un primer paso, pero no el último.
– Cielo único europeo
Con unos objetivos de demora, coste/eficacia y crecimiento de la capacidad claros y con fecha límite de 2.014, España no podrá competir en un escenario europeo en el que la pugna de los distintos proveedores de servicios de navegación aérea restarán a AENA posicionamiento y competitividad, lo que a su vez lastrará el crecimiento del sector turístico. Se hace necesario que los planes de convergencia acometidos desde el Ministerio de Fomento y presentados a la UE sean realistas y fijen objetivos basados en los recursos existentes y los recursos deseados.
En resumen, Dª Ana Pastor y su nuevo equipo tienen mucho trabajo por delante. Pero recordando el juramento hipocrático que en su día realizó como médico, le deseamos que cuente con profesionales competentes a su servicio y no con esclavos.
«En cualquier casa donde entre, no llevaré otro objetivo que el bien de los enfermos; me libraré de cometer voluntariamente faltas injuriosas o acciones corruptoras y evitaré sobre todo la seducción de mujeres u hombres, libres o esclavos… Si observo con fidelidad este juramento, séame concedido gozar felizmente mi vida y mi profesión, honrado siempre entre los hombres; si lo quebranto y soy perjuro, caiga sobre mí la suerte contraria.»