Fomento pretende que Aena e Indra lideren la salida al exterior del sector aeroportuario
Fomento quiere que el sector aeroportuario siga siendo español y con presencia creciente del capital privado. Mantendrá la unidad de la red de aeropuertos de Aena y privatizará parte de su capital y su gestión. Apoya su internacionalización mediante la colaboración con Indra y con los operadores privados nacionales, Abertis y Ferrovial, entre otros.
Antonio Ruiz del Árbol – Madrid – 18/01/2012 – 07:00
Durante la campaña de las últimas elecciones generales, el especialista en transporte del Partido Popular, Andrés Ayala, aseguró que los concursos de concesión de los aeropuertos de Madrid-Barajas y de Barcelona-El Prat, «tanto en su procedimiento como en el calendario, son un despropósito». «Lo mal hecho hay que rectificarlo», afirmó, y aunque «no vamos a hacer ninguna barbaridad jurídica, trataremos de deshacer desde el Gobierno el entuerto que conduce a dilapidar el patrimonio aeronáutico español».
Una vez resueltos los comicios con la victoria de Mariano Rajoy y nombrada la nueva ministra de Fomento, Ana Pastor, la previsión de Ayala se confirma. Los concursos de concesión de Barajas y de El Prat van a ser cancelados y el Gobierno ultima una nueva estrategia para relanzar los sectores aeroportuario y de navegación aérea, a los que Pastor ha incluido entre aquellos en los que las empresas españolas «tienen mucho que enseñar y que ganar en todo el mundo».
A la espera de que Fomento nombre al nuevo presidente de Aena y comunica los perfiles de su nueva política en el sector, las declaraciones de hace un par de meses de Andrés Ayala son reveladoras. «Nosotros creemos en una gestión privada del conjunto de la red de aeródromos públicos. Nuestra política será separar la navegación aérea que se mantendrá en manos públicas y confiaremos la gestión aeroportuaria a la iniciativa privada».
Fuentes del sector han asegurado que la nueva ministra de Fomento baraja informes en los que se desaconseja seguir adelante con el proceso de concesión de los dos principales aeródromos de la red de Aena, Barajas y El Prat, por diversas razones. Entre ellas destacan dos; la primera, que las licitaciones suponen «la ruptura de hecho de la red de Aena, con la salida del sistema de los aeródromos más rentables». La segunda, que se abre la puerta a la entrada en las principales terminales a operadores aeroportuarios públicos no españoles.
En el marco de la campaña que el nuevo Gobierno ha emprendido para potenciar la internacionalización de las empresas nacionales a con el relanzamiento de la marca España, Fomento quiere que Aena lidere la expansión, ya en marcha, de la gestión aeroportuaria y de la navegación aérea.
Las fuentes citadas recuerdan que la empresa pública propietaria de la red nacional de 47 aeropuertos y de numerosos aeródromos en América y Reino Unido es el mayor operador aeroportuario mundial.
Junto a Aena se ha desarrollado durante las últimas décadas un tejido empresarial nacional privado que ha tomado posiciones en un importante número de aeropuertos del mundo. Compañías como Ferrovial, Abertis, OHL, Globalvía o Sacyr pueden ofrecer un variado nivel de experiencias en la gestión de terminales en España, Europa y Latinoamérica. En el mismo sentido, las fuentes citadas recuerdan que la empresa tecnológica española Indra se ha transformado en una de las firmas punteras en el mundo en sistemas de gestión de tráfico aéreo (ATM). La mitad de los movimientos de aeronaves en Europa, China o Australia se realizan con soluciones y equipos de la empresa que preside Javier Monzón. En los últimos meses la compañía ha conseguido contratos en Jordania, Perú, India o Kuwait.
Con esta «potencia de tiro empresarial», Fomento cree que es el momento de articular una gran apuesta por la «internacionalización decidida del sector», con Aena e Indra como grandes protagonistas.
En este contexto, la fuentes citadas aseguran que en el ministerio se cree que sería un error trocear la red de Aena. Por el contrario, la apuesta es mantener su unidad, «incorporar cuanto antes al sector privado español a la gestión de la empresa pública» y buscar la vía para impulsar cuanto antes «un proceso de privatización paulatina de su capital» en función de las posibilidades que ofrezca el mercado.