Una declaración judicial constata que AENA adjudicó a Ineco servicios ficticios
Foto: Juan Ignacio Lema y Javier Marin
La Justicia comienza a atar cabos sobre las dudosas encomiendas que AENA ha estado adjudicando a la ingeniería pública Ineco en los últimos años, muchas de ellas sin procedimiento público. Según la declaración judicial de una trabajadora del gestor aeroportuario, una serie de tareas que fueron adjudicadas mediante un jugoso contrato a Ineco eran ejecutadas siempre por AENA, de lo que se deduce que el citado contrato incluía un servicio que no se prestaba en realidad
RAUL POZO 2-4-12
Los jueces estrechan el cerco sobre el numeroso montante de contratos adjudicados por AENA a Ineco, que llevan años levantando ampollas entre las ingenierías privadas. La declaración judicial de una empleada del gestor aeroportuario deja en evidencia uno de esos contratos ya que, según su testimonio, el contenido del mismo era, en realidad, competencia exclusiva de AENA.
Los hechos se remontan a la primavera de 2009 cuando AENA adjudica a Ineco un contrato, concretamente el relativo al expediente DAP 17/09 por el que se encomienda a la ingeniería pública una serie de tareas entre las que se encuentra la “identificación y análisis de discrepancias en las rotaciones de las aeronaves de las compañías aéreas con anterioridad a su ejecución (cruce de programaciones) y de los incumplimientos de slot autorizado”.
Sin embargo, dicha tarea no la realiza ninguna otra empresa o ente que no sea AENA. Así lo atestigua el testimonio ante el juez de una empleada del gestor aeroportuario. En concreto, la trabajadora asegura en dicha declaración que “la detección y revisión del incumplimiento siempre lo hacía AENA”.
El expediente en cuestión fue firmado por parte de AENA por Pedro de Miguel, uno de los muchos altos cargos del gestor aeroportuario que permanece en el nuevo organigrama de la compañía pública después de que el Gobierno del Partido Popular llegara al poder. De Miguel ocupaba por entonces el cargo de responsable de gabinete del director general, Javier Marín, quien también continúa en el organigrama de AENA. Además, Marín ocupaba, merced a su puesto en la empresa pública, un puesto en el consejo de administración de Ineco, la beneficiara del contrato, que incrementaba de esta forma sus ingresos año tras año. Una circunstancia que también repercutía en la remuneración de sus consejeros.
En la declaración judicial, tomada a finales del pasado año y motivada por un procedimiento abierto en los juzgados de instrucción de Madrid, la trabajadora de AENA asegura que el trabajo de la detección de incumplimientos era realizado de ordinario por otra persona, también empleada de AENA, y que ella tan sólo lo llevaba a cabo en ausencia de ésa. Pero en ningún caso, por nadie que no perteneciera al gestor aeroportuario.
De esta forma, queda de manifiesto que Ineco fue adjudicataria de una encomienda que no realizaba de ninguna manera. El montante del contrato en cuestión ascendía a 285.000 euros, una cantidad que, en realidad y a tenor de la declaración jurada de la trabajadora de AENA, fue empleada para realizar una tarea que sólo podía llevar a cabo el gestor aeroportuario.
Esta hecho se une a la admisión a trámite de una querella contra Javier Marín. Según informaba el diario Levante, el juzgado de instrucción número 47 de Madrid remitió oficio a la Policía Judicial para que investigue si el director general de Aena Aeropuertos, Francisco Javier Marín, es titular de cuentas bancarias en el extranjero, concretamente a través de las entidades Andorra Credit Agricola y JP Morgan Chase. El oficio obedece a la querella interpuesta por una empresa valenciana por presuntos delitos contra la Hacienda Pública y malversación de caudales públicos en la que denuncia contrataciones irregulares en el aeropuerto de Manises.