El plan de Rajoy para privatizar aeropuertos y trenes tropieza con su propia política de ajuste
Jorge Chamizo.– El plan privatizador de los servicios aeroportuarios y ferroviarios anunciado por Marino Rajoy este miércoles en el Congreso de los Diputados es víctima de las contradicciones y condicionantes que atenazan al Gobierno. El proyecto liberalizador tropieza con otras medidas incluidas en el propio plan de ajuste, como la subida del IVA y la implantación o subida generalizada de todo tipo de tasas por el uso de infraestructuras públicas. El presidente del Gobierno aseguraba en su discurso ante el Congreso de los Diputados que el Ejecutivo llevará a cabo, cueste lo que cueste, ese proceso de liberalización y, en su caso, de privatización de los servicios asociados al transporte ferroviario, portuario y aeroportuario.
Pero el incremento de la presión fiscal sobre estas actividades disuade la participación de aspirantes privados a hacerse con esos servicios de transporte, según advierten varios operadores con intereses en el negocio. Primero porque la creciente carga fiscal contribuye a agudizar la tendencia decreciente del tráfico de viajeros en España, que está alcanzando cotas de caída nunca vistas. Y segundo, porque las tasas o precios públicos que se están imponiendo o incrementando en algunas actividades dificultan el acceso de operadores privados.
En los aeropuertos, el Gobierno acaba de aprobar una subida de tasas histórica, del 19% de media pero con incrementos en Madrid y Barcelona del 50%, que las aerolíneas repercuten ya en el precio de los billetes. El objetivo es aumentar los ingresos del ente público que gestiona los aeropuertos, AENA, para que éste pueda reducir su enorme deuda. Con este precedente, la eventual privatización de servicios aeroportuarios que presta AENA -el transporte está totalmente liberalizado- llevará aparejada unos precios de concesión altísimos que dejan poco margen para que los eventuales operadores privados obtengan un margen de rentabilidad adecuado.
Cabe recordar el precedente del intento de privatización de la explotación de Barajas y El Prat iniciado por el Gobierno anterior. El proceso fue abortado ante la escasa disposición de los aspirantes a pagar los precios solicitados por AENA.