Política,  Portada

José Blanco inauguró el chinatown madrileño ahora desmantelado

El entonces ministro de Fomento, en la inauguración

ABC / S.E. Madrid. 18/10/2010

El 17 de febrero del pasado año, el polígono industrial de Cobo Calleja, en Fuenlabrada (Madrid), se vestía de sus mejores galas parala inauguración del centro comercial «Plaza de Oriente», que se presentaba como el más importante de venta al por mayor y al por menor de toda Europa. Al acto quisieron acudir el entonces ministro de Fomento, José Blanco, y el alcalde de Fuenlabrada entre otras autoridades, entre otras razones porque los empresarios que ponían en marcha el proyecto anunciaban que se iban a crear más de mil puestos de trabajo«Así es como creamos empleo», dijo entonces el ministro, para el que este tipo de anuncios venía muy bien en plena crisis y prácticamente en la precampaña electoral.

Ha pasado el tiempo y el prometedor proyecto ha quedado en la nada. Ni mil puestos de trabajo ni centro comercial en funcionamiento y, lo que es peor, la implicación de los dos empresarios que estaban detrás del proyecto en la operación contra las mafias chinas desarrolladas en España. En efecto, según ha podido saber ABC, tanto Li Tie como Yongping Wu, alias «Miguel el de las perdices», se encuentran entre los objetivos de la investigación que ha acabado con la trama liderada por Gao Ping.

«En plena crisis, cuando otras nacionalidades vuelen a su país, la población china se asienta y crece generando empleo a españoles y chinos», afrmaban entonces los promotores del complejo. Y «Miguel el de las perdices» prometía además que de los mil empleos que se iban a crear, 800 lo serían para españoles. Tras el golpe policial, ayer muchas de las naves de Cobo Calleja permanecían cerradas y no se veía el habitual movimiento de coches de gran cilindrada. El golpe policial ha desconcertado a muchos de los propietarios de las naves que veían en Gao Ping como uno de sus referentes y el que más y el que menos conoce a alguno de los implicados.

«Las ventas van a bajar, claramente. Ayer esto estuvo cerrado y estuvimos sin trabajo. Hoy, también sin trabajo. Dos días perdidos ya. Y los trabajadores necesitan cobrar. Ahora todos los trabajadores están en la calle sin trabajar», decía uno de los pocos dueños de tienda que se habían atrevido a abrir. Los grandes perjudicados, por tanto, eran los trabajadores, que ayer deambulaban por el polígono sin rumbo fijo y sin saber cuándo podrían volver a encontrar empleo. Su futuro,como el del centro «Plaza de Orente», no parece halagüeño.

http://www.youtube.com/watch?v=j0UC2CNcdkE

http://www.abc.es/20121018/espana/abci-fomento-inversion-cobo-calleja-201210180527.html


Blanco:»Los controladores me impidieron visitar China»


 

Cuando José Blanco jugaba a los chinos

José Antonio del Pozo. 18/10/2010

El lío amarillo de la “Operación Emperador” –la mayor acometida en España contra el crimen organizado, al decir del Ministro- con su estela de corruto dragón manchú nos trajo a la memoria esta imagen, no tan lejana, del asimismo otrora Emperador –su nombre brilló incluso como sustituto del Poeta que rigió los destinos de la nación discutida y discutible durante ocho años- caído ahora en desgracia. Oh, Tiempos, sí.
 
¿Sabes, lector, de cuándo es esta estampa que nos pareciera ahora sobrevenida desde las fauces mismas de la Eternidad? ¡De apenas año y medio ha, que no es que los tiempos vuelen, es que de lo centrifugados que se voltean les perdemos el rastro y el sentido.
 
Ahí le tenemos, Don Blanco, embutido con el inigualable garbo de pájaro pinto que, corregida la miopía, en adelante le distinguió, tras los ojos sumisos y ruborizados de la chinita de caolín a su vera. Inaugurábase entonces, con esa suerte de imperial ceremonia, (ver Mío blog del 5-3-11) el Chinatown madrileño, en el mismo polígono industrial tomado ahora por la Policía.
 
Y si la contemplación de la en apariencia anacrónica imagen quizás nos conturbe un poco, más habrá aún de conmocionarnos la transcripción de las divinas palabras que allí mismo al Viento –como aprendimos, dueño de todo lo animado y lo inanimado- se lanzaron. Habló Don Blanco:
 
“el libre comercio es el hecho de que unos jóvenes emprendedores chinos puedan desarrollar su proyecto comercial aquí, en Fuenlabrada, y que a la vez los emprendedores españoles puedan desarrollar su proyecto en China… “una emergente clase media de millones y millones de potenciales clientes… China será cada vez más el mercado del mundo”. Fabló luego en su fabla de flan el mismo embajador chino: “Fuenlabrada se ha convertido en referente de los empresarios chinos”
 
Nada menos que esas cosas allí se dijeron. Y no sabemos bien, a pesar de mirarla una y otra vez fijamente, si esa mirada ruborizada de la chinita de caolín a la vera de Don Blanco expresa más el ancestral autodominio oriental para no caer allí muerta de la risa ante tanto humor amarillo, o la soterrada revelación de que algo olía ya a podrido en la rumbosa Tamerlán fuenlabreña que allí se bautizaba. Retorno a Blanco’ s End, yes.
 

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