Vigilantes del cielo
Desde este Centro, ubicado en las inmediaciones del aeropuerto de Gran Canaria, unos 200 controladores vigilan sin descanso los vuelos con origen y destino a cualquiera de las Islas así como muchos de los sobrevuelos que conectan Europa con Latinoamérica. Esta área geográfica limita al norte con el espacio aéreo de Casablanca, al sur con el de Cabo Verde, al este con Dakar y al oeste con Santa María Oceánica y Lisboa.
Luego están los casi 100 controladores que realizan su labor en alguna de las 8 torres de los aeropuertos canarios, desde donde, simplificando mucho, se gestionan los aterrizajes, despegues y las maniobras de rodaje de los aviones y vehículos que se mueven por el área de maniobras. Un trabajo que, sin duda, trae un regalo bajo el brazo: las privilegiadas vistas.
Otra cosa es el Centro de Control, donde “desgraciadamente se trabaja sin luz natural para evitar los reflejos en las pantallas”, explica José Luis Feliu, portavoz de la Unión Sindical de Controladores Aéreos (USCA) de Canarias, un sindicato que tiene el objetivo de dar a conocer la realidad de esta profesión y mejorar su imagen.
“Entre otras cosas para desmentir y desmontar la imagen falsa que muchos nos atribuyen”, subraya Feliu en referencia a la crisis que derivó en un estado de alarma en diciembre de 2010. El portavoz insiste en que en 2010 no hubo huelga, “sino un cierre del espacio aéreo orquestado por el gobierno y la anterior dirección de la empresa. Existen ya 20 sentencias judiciales que así lo afirman: los controladores aéreos no son culpables del cierre del espacio aéreo”.
El portavoz de los controladores canarios señala que su colectivo está “un poco cansado” de los ritmos de trabajo y la confrontación constante, si bien se declara muy orgulloso de una profesión, “muy bonita, vocacional, pero a la vez exigente y sacrificada”. Feliu anima a todo aquel que quiere ser controlador a seguir su camino, aunque él se tuvo que enfrentar a, según los expertos, “uno de los mejores procesos de selección del mundo, del que salían unos 150 alumnos de un total de 5.000 candidatos”. “En la actualidad basta con hacer un curso en uno de los centros homologados en los que no existe la competencia por entrar y por el que hace falta hacer un gran desembolso económico de unos 75.000 euros”.
Una curiosidad que quizás no mucha gente sabe: entre sus funciones, los controladores aéreos del Centro de Canarias tienen la importante misión de recibir mensajes de las autoridades que sobrevuelan su espacio como el que envió el año pasado el Papa Francisco a todos los españoles.
SIMULADOR EN EL MUSEO ELDER
Con motivo del 30º aniversario de la Unión Sindical de Controladores de Canarias, hace unos meses el Museo Elder de Las Palmas de Gran Canaria acogió una exposición para acercar esta profesión a la población. Gracias a la participación de controladores aéreos voluntarios, más de 800 personas han podido ponerse en la piel de un controlador aéreo gracias a un simulador con pantallas panorámicas.
Desde este simulador, que actualmente se puede visitar en el museo, se ve cómo aterrizan y despegan los aviones así como las pantallas del control de ruta y aproximación, que son muy parecidas a las que existen en los puestos de trabajo reales.
Fuente: Noticia original en FlyMagazine