Si se cumple esta proyección, Aena superará los 220 millones de pasajeros este año -casi 13 millones más que en 2015-, a gran distancia de su mejor registro hasta la fecha: los 210,49 millones de viajeros de 2007, antes de que estallara la crisis económica.

Desde 2013, cuando el tráfico tocó fondo -en buena parte por el desplome del aeropuerto de Barajas (Madrid), el de mayor tráfico de la red-, la mejora ha ido in crescendo. El año pasado, Aena rebasó los 207,41 millones de pasajeros, lo que supuso un avance interanual del 5,9% y un 17,5% más que en 2013.

La recuperación se ha visto apuntalada, en buena parte, por el boom turístico que vive España ante la inestabilidad en destinos competidores como Túnez y Egipto. En 2015, España recibió 68,1 millones de visitantes internacionales, un 4,9% más, y la previsión es que el buen tono se mantenga también este ejercicio.

Asimismo, otro factor relevante ha sido la bajada del precio del petróleo, que ha animado a las aerolíneas a retomar sus planes de crecimiento en España, en un contexto de tarifas estable. Este año, las tasas aeroportuarias se han reducido un 1,9% respecto a 2015, y la propuesta de Aena es mantener las tarifas congeladas hasta 2025.

Así, todo parece indicar que la evolución seguirá al alza y que el pronóstico de Aena, superior al 5% que apuntaban por ejemplo los analistas de Citi, es realista. En enero, el tráfico aumentó un 12,3% y, en los dos primeros meses del año, el acumulado es de 26,2 millones, un 14% más.

Por aeropuertos, Barajas sigue recuperando fuelle. El año pasado, alcanzó 46,82 millones de pasajeros, un 11,9% más, pero aún sigue lejos de los más de 52 millones que logró en 2007. El Prat (Barcelona) también mejora sus números -este año, previsiblemente, superará los 40 millones de viajeros-, al igual que otros aeropuertos con gran exposición turística como Málaga, Alicante o Lanzarote.