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Las últimas oposiciones de Aena, plagadas de presuntas irregularidades

El proceso de reclamaciones está pendiente de la publicación de los resultados de las pruebas
El proceso de reclamaciones está pendiente de la publicación de los resultados de las pruebas – Foto Europa Press

 

Más de 43.000 personas presentaron la instancia para examinarse en las oposiciones que Aena convocó el pasado noviembre «para constitución de nuevas bolsas de candidatos en reserva». Es decir, unas oposiciones para 13 ocupaciones distintas sin plaza. De los que finalmente se presentaron al examen, que suele estimarse en un 50%, muchos salieron de la prueba pensando que habían visto cosas que no eran normales en estos procesos selectivos, y pensaron que era cosa suya y del aula en el que habían hecho su ejercicio. Sin embargo, al empezar a hablar entre ellos, comprobaron que también había ocurrido en otros lugares de todo el territorio.

Ante esta situación, el sindicato CSIF-Aena está intentando organizar y canalizar todas las reclamaciones para que los afectados envíen por escrito su experiencia sobre lo que ha pasado en su lugar de examen. «Al principio parece que te ha pasado solo a ti, pero al hablar con los compañeros te das cuenta de que hay incidencias que se repiten. El nivel de exigencia por ejemplo en la prueba de inglés ha sido superior al que se pedía en las bases. Hay compañeros que son jefes de escala en Iberia o demás compañías que tienen un conocimiento total del idioma y que han salido sin explicarse por qué no entendían lo que se pedía», explican desde el sindicato a Vozpópuli.

Se trata de unas oposiciones para todos los puestos de trabajo que haya del nivel C al F en Aena, que incluye técnicos, agentes de información, ayuda al pasajero, informáticos, administración, etc. Para ello se pedía un nivel de inglés PET (Preliminary English Test), que supone que el aspirante sepa superar un examen en esa lengua, pero muchos pensaron que se estaban enfrentando a un test de nivel B (bastante superior).

[pullquote]Cuadernillos a los que les faltan preguntas, una prueba de inglés con más nivel del exigido, cambio de orden de los ejercicios o prueba auditiva desprecintada antes de tiempo son algunas de las quejas[/pullquote]

El principal problema, además, se produjo con la comprensión auditiva -el llamado listening-. «Hay aulas donde al entrar los candidatos ya se veía en pantalla la proyección con la información del mismo, cuando eso se debe hacer una vez que están dentro todos los que se van a examinar y se han explicado los procedimientos de examen. Da la sensación de que el audio ha estado expuesto antes, alguien ha desprecintado el ejercicio, ¿para qué y quién? Hay gente que ha salido frustrada por la mala calidad del audio o por el nivel técnico del idioma», cuenta un portavoz del sindicato.

Además, critican que pese a que la oposición estaba fijada a la misma hora y el mismo día -27 de febrero- en todos los puntos de examen de España, en lugares como Sevilla se invirtió el orden de las pruebas, haciendo primero la parte práctica y tras el descanso, en el que la gente tiene acceso a móviles y comunicación con cualquier otro aspirante, la parte teórica. También existen quejas sobre cuadernillos de preguntas en los que faltan hojas por fotocopiar, de manera que hay menos preguntas de las fijadas y los examinadores no atendieron a las reclamaciones por esta cuestión.

Dado que aún no se han publicado los resultados de las pruebas, se desconoce el número de reclamaciones que puede haber, aunque el sindicato CSIF está intentando aunarlas para ver qué acciones se pueden tomar. El resto de sindicatos -UGT, CCOO y USO, a los que no se dejó participar en la confección de la prueba- no se han pronunciado sobre el asunto al formar parte de la Comisión Paritaria de Promoción y Selección. «Nosotros solicitamos por el cauce reglamentario participar como observadores en las pruebas y se nos denegó porque nuestro convenio recoge que los sindicatos que están en la coordinadora estatal son los únicos que pueden hacerlo. Vamos a actuar con cautela y depende de la respuesta oficial y del número de reclamaciones que recibamos, tomaremos medidas. Si se demostrara que ha habido irregularidades se echaría por tierra todo el proceso», explica el portavoz, quien dice haber visto muchos procesos en Aena pero nunca sin plazas.

Aena sale al paso

Desde el sindicato se muestran poco optimistas ante lo que pueda pasar, especialmente porque, según explican a este diario, «Aena tiene una premisa: nunca se equivoca. Si por casualidad pareciese que se ha equivocado, no es responsabilidad suya». En su opinión, bajarán el nivel de exigencia para que casi todo el mundo apruebe al menos la parte del idioma, quitándose así casi el 70% de las reclamaciones.

El sindicato hace responsable de estos errores a la directora de Organización y Recursos Humanos de Aena, Begoña Gosálvez, quien, para sorpresa de ellos mismos, ha hecho público un comunicado para dar explicaciones sobre el proceso selectivo. En él, además de agradecer la confianza y el interés de los más de 14.800 candidatos que finalmente se presentaron a las pruebas por formar parte de Aena, quiere matizar algunos puntos ante el «ruido mediático» que se ha ocasionado.

Sobre las pruebas de inglés, explica que se encargaron a la Asociación Cultural para la Difusión de los Idiomas (ACDI), que cuenta con profesores y personal no docente de la Escuela Oficial de Idiomas de Madrid, sin determinar de cuál, y señala que en un informe del 4 de marzo la propia asociación confirma que las pruebas se corresponden con el nivel exigido. Además, aporta un cuadro explicativo acerca del número de quejas sobre el examen de inglés en proporción al total de aspirantes. «Por lo que se refiere a cualquier otro tipo de reclamaciones relacionadas bien con otras pruebas, o con incidencias organizativas, de logística, etc., que pudieron tener lugar en la realización de las mismas, tan solo han supuesto un 1,3% en relación con el número de aspirantes presentados a la convocatoria», reitera.

Para Gosálvez, «podría ser ‘entendible’, que no ‘justificable’, que aquellos aspirantes que crean ver frustradas sus expectativas (sin esperar siquiera a la corrección de las diferentes pruebas selectivas) de llegar a formar parte de esta gran organización que es Aena, pretendan dañar, a través de las redes o el uso de medios digitales, la reputación de la compañía y, por ende, de las personas que la integran y que cada día dan lo mejor de sí mismos en el servicio que prestan a los ciudadanos y clientes».

Fuente: Noticia original en Vozpópuli

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