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Carta abierta al Sr.Curbelo sobre el 3D2010

senador_Casimiro_Curbelo
 

 

Carlos Castañosa 25/4/2016.- Totalmente de acuerdo, Sr. Curbelo con su reivindicación de «tarifa plana» en favor de la conectividad interinsular para erradicar la especulación de un monopolio, que medra abusivamente a costa de las necesidades básicas de la población insular, ante la pasividad de los responsables políticos. Claro, que el éxito dependerá también de la cuantía que se asigne a la posible tarifa plana, pues podríamos salir más trasquilados que en esta gravosa actualidad. 

 

Pero permítame, Sr. Curbelo, recordarle que cuando alega problemas de infraestructura en su aeropuerto para poder operar vuelos internacionales, fue usted quién por disciplina de partido, de su partido de entonces, se puso en primer tiempo de saludo y aceptó sumisamente la implantación del AFIS en La Gomera y suprimir el control ATC “para ahorrar costes”, en contra del más elemental sentido común, porque afectaba a la Seguridad y por ende a la compatibilidad con vuelos internacionales. Pero se trató entonces de sumarse a la felonía institucional de masacrar a los controladores por un problema laboral que afectaba, ya entonces, al planteamiento de privatización de AENA.
España sufrió un 23-F y un 11-M que merecieron un estado de excepción. O el actual proceso de sedición catalana que, según la Constitución, es motivo de Estado de Sitio.
Nada de esto se aplicó en su día, ni es probable que se dé en Cataluña. Pero el 04/12/2010 se decretó un vergonzoso Estado de Alarma, militarización incluida, por un mero conflicto laboral con los controladores aéreos, a los que se acusó de abandonar masivamente sus puestos de trabajo y el consiguiente cierre del espacio aéreo español.Recientes sentencias judiciales exoneran de culpa a los controladores, una vez demostrada la falsa acusación –Impensable que un cirujano abandone el quirófano con su paciente anestesiado a corazón abierto–. De modo que, en apariencia, primero se cerró el kiosco y luego se expulsó por la fuerza a los técnicos de su puesto de trabajo, en lugar de la pretendida deserción.
¿Cómo y por qué se llegó a tan desastroso episodio? Un análisis aséptico indica que los controladores eran un escollo para la privatización de AENA. A fin de someterlos, se gestó la maniobra de destrucción del colectivo mediante una campaña de desprestigio demoledora, aplicando la fórmula tóxica: “Armas silenciosas para guerras tranquilas” (Noam Chomsky), que manipulara una opinión pública demasiado vulnerable.

Varias evidencias indican la premeditación y alevosía de las autoridades. El presidente del Gobierno canceló su asistencia a la Cumbre Iberoamericana la víspera de lo que se ofreció como un trance repentino; cuando en Eurocontrol (Bruselas) sabían 12 horas antes que se cerraría nuestro espacio aéreo. Es evidente que para cerrarlo, antes había que despejarlo y vaciarlo con tiempo suficiente.

Se gestó la maquiavélica acción para demonizar a los trabajadores, con gran éxito mediático, poniendo en alto riesgo la seguridad aérea, cuyo máximo responsable en época de paz es el Ministro de Fomento. Pero no había problema: ante una posible desgracia por la excesiva tensión provocada, se le echaría la culpa al muerto, y listos.

Hay profesiones en las que la necesaria estabilidad emocional y equilibrio psíquico son imprescindibles por la especifidad de una actividad que requiere una concentración de facultades exenta de perturbaciones. En este caso, el maltrato laboral se tradujo en presiones inhumanas que solo el grado de profesionalidad de los controladores pudo compensar para evitar cualquier tragedia auspiciada por la irresponsabilidad institucional.
Se resolvió el conflicto mediante un laudo de obligado cumplimiento, al cabo de dos años de tensiones, ataques y vejaciones varias. ¿No se pudo hacer lo mismo desde un principio?… ¿Por qué no interesó que así se hiciera?
Quedan pendientes solo dos sentencias que exoneren de culpa a todos los acusados de abandono de sus puestos de trabajo. ¿Qué se resolverá, después de seis años, contra los verdaderos culpables de aquella fechoría?

Sr. Curbelo. El ámbito de la aviación no es solo un negocio, que también, sino una comprometida OSP (Obligación de Servicio Público). Y usted lo sabe, aunque haya tardado más de lo debido en asimilarlo.

 

Fuente: Artículo original en AVIACIÓN DIGITAL

 

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