El tráfico aéreo se dispara mientras el número de controladores se estanca
HUGO SÁENZ, 18/6/2016. El ‘boom’ turístico lleva al aeropuerto de Palma a batir récords pero la torre de control pierde un 8% de efectivos en seis años.
Los aeropuertos de Baleares llevan años batiendo todos los récords. Tanto en número de pasajeros, como de operaciones, rutas y conexiones aéreas. Y no sólo en verano, los aumentos en temporada baja son más que notables también. La bonanza al calor del éxito turístico que viven las Islas desde hace varias temporadas es tal, que ni siquiera la cancelación del hub (nudo de comunicaciones) de Air Berlin a finales del año pasado ha supuesto merma alguna en las estadísticas. Esta misma semana conocíamos las de mayo y los incrementos continúan por encima del 10%.
Sin embargo, mientras el tráfico aéreo se dispara en los aeropuertos del archipiélago, la plantilla de controladores, los profesionales que se encargan de que los aviones despeguen y aterricen a tiempo y con seguridad, se ha estancado en los últimos tiempos, sobre todo después de que AENA haya estado 10 años sin convocar nuevas plazas (la última vez fue en 2006, tal y como denuncia el sindicato Usca, mayoritario en el sector). Según las cifras que manejan, desde 2010 la plantilla en la torre de control de Son Sant Joan (los encargados de guiar a los aviones hasta que toman tierra) ha disminuido un 8%, de los 50 profesionales que había entonces a los 46 de ahora. Y lo mismo sucede en otras torres punteras como la de Barajas o la de El Prat.
En el centro de control de Palma, que asume el guiado de las aeronaves desde que entran en el espacio aéreo balear hasta que la torre del aeropuerto tiene contacto visual con ellas, la cosa mejora un poco aunque debido a circunstancias externas. Si bien ha pasado de 95 a 118 profesionales desde 2010, no es menos cierto que en todo este tiempo ha tenido que asumir tareas que hasta ahora no desempeñaba. Como la aproximación de aviones al aeródromo de Ibiza, que antes no hacía y que, según Usca, tiene ocupados a 9 controladores al día. De ahí que denuncien que la plantilla se mantiene estancada, sobre todo desde 2013, cuando el número de efectivos era el mismo que en la actualidad, pero con un tráfico aéreo muy inferior.
Pese a que Enaire (el gestor de navegación aérea que posee el 51% de AENA) acaba de convocar 39 plazas de controladores para toda España tras 10 años sin hacerlo, estos profesionales creen que es insuficiente. En palabras de Pedro Gragera, presidente de Usca, “España arrastra desde hace más de 10 años un déficit estructural de controladores aéreos” y considera que el país necesitaría “300 profesionales” para poder asumir el volumen de tráfico que vendrá este verano, lo que inevitablemente se traducirá en retrasos. Además, el colectivo denuncia que la plantilla está envejecida, con una media de 49 años, cuando en países como Alemania la jubilación obligatoria es a los 55, y que no se han sustituido los retiros.
En esta línea, los controladores apuntan que el Gobierno no ha tomado las medidas necesarias para acometer el reemplazo de los profesionales que pasan a estar inactivos y que, como agravante, el tráfico aéreo se ha disparado. “Antes había puntas de 1.000 movimientos al día en Palma sólo los sábados y los domingos, pero ahora, con el boom turístico las puntas son de lunes a viernes, el personal está fundido“, sostienen desde Usca.
El sindicato señala que harían falta 500 efectivos en todas las dependencias nacionales para cubrir el exceso de trabajo que se avecina este verano, sobre todo en Palma, que afronta la mejor temporada alta de su historia. Se quejan de que la empresa les prometió que si aguantaban hasta 2013 les solucionarían su problema, aunque desde ese año cuentan con los mismos efectivos. Con el agravante de que desde que Enaire lanza una nueva convocatoria hasta que los controladores se formen y puedan desempeñar su labor en solitario, pueden transcurrir dos años.
La prueba más palpable, según afirman los controladores, de que Enaire es consciente de la falta de personal es el hecho de que había aplazado la sanción que impuso a 61 profesionales de Barcelona hasta 2018, ya que si se ejecutaba de manera inmediata se quedaba sin efectivos para el verano, también muy intenso en El Prat. Eso sí, al final tuvo que dejarla sin efecto completamente tras dar la Justicia la razón a los controladores. Por todo ello, si bien desde el ente público creen que las plantillas están adecuadas a cada aeropuerto y a la demanda de tráfico aéreo, los profesionales se preguntan cómo es posible que tengan los mismos efectivos que hace tres años, cuando el volumen de trabajo era mucho menor que ahora. O entonces la plantilla estaba sobredimensionada o ahora falta personal.
Fuente: Artículo original en EL MUNDO