Las torres de control remotas no serán una solución “a corto plazo” para los aeropuertos españoles
ALICIA ALAMILLOS. Desde una única torre de control, equipada con 180 o incluso 360 grados de pantallas dobles, los aeropuertos podrán en un futuro organizar varios aeródromos al mismo tiempo de manera remota. Las torres de control remotas para pequeños y medianos aeropuertos han sido así una de las más llamativas soluciones para la aviación europea dentro del catálogo que SESAR (Single European Sky ATM Research) presentó este mes en Ámsterdam, aunque según señalaron a Hispaviación representantes españoles de AENA, son todavía una opción “a estudiar” para aeropuertos españoles, pero no a corto plazo.
En 2014, la primera torre de control operada remotamente fue inaugurada en Örnsköldsvik (Suecia), aeropuerto que es controlado desde 150km de distancia en el centro Sundsvall. El complejo recibió certificación completa de la Autoridad de Aviación Sueca, y otros dos aeropuertos regionales del país están implementando tecnologías similares que comenzarán a funcionar en los próximos años.
Las torres remotas utilizan sensores (principalmente videocámaras, pero no exclusivamente) instalados en el aeródromo, que facilitan al controlador remoto el seguimiento tanto del tráfico aéreo como de las condiciones climatológicas o de visibilidad. “Las instalaciones de control remoto pueden proveer servicios -de información de vuelos en aeródromo (AFIS) o de control de tráfico aéreo para llegadas y despegues- que quizá no serían posibles de forma permanente en aeropuertos pequeños o aislados”, señalan desde SESAR. Con estas torres se podrían extender las horas operacionales con menores costes de personal.
“La tecnología para el control remoto es ideal para aeropuertos con bajo volumen de tráfico”, añade SESAR. Localizados en áreas aisladas o con pocos vuelos diarios, en muchas ocasiones una torre de control remota disminuiría los costes y facilitaría el desarrollo de las economías locales y regionales, defienden desde la institución europea. SESAR ofrece además otra solución ya preparada para su implementación: una misma torre de control remota para dos aeropuertos de baja densidad de tráfico. Estos servicios están siendo instalados en Noruega, donde en 2017 una unidad central en Bodø controlará hasta cinco aeródromos. Incluso en el caso de aeropuertos de mediano volumen, donde todavía se está estudiando su implantación, el control remoto también sería una solución interesante ya que el mantenimiento y la operación de torres de control convencionales es demasiado caro, especialmente si el número de vuelos que operan es insuficiente.
Países como Noruega y Alemania se han unido a Suecia en esa carrera por las torres de control remotas, aunque desde ENAIRE piden cautela: “No hay que fijarse en las torres suecas. En Suecia hay aeropuertos donde despega un avión al día”, señala a Hispaviación Fernando Ferrández.
Las torres de control remotas, que ya operan en Suecia, “son muy interesantes” para el área de Escandinavia, donde cuentan con pequeñísimos aeropuertos en áreas muy aisladas. Las circunstancias españolas, en cambio, son muy distintas. La red de AENA cuenta con 46 aeropuertos, algunos pequeños, pero con mayor tráfico que los suecos. Y aunque según las soluciones publicadas en Ámsterdam por SESAR esta tecnología de torres de control remotas podrían ser aplicables a aeropuertos de mediano tráfico, AENA recomienda prudencia antes de su desarrollo en España.
“Es algo a contemplar por AENA”, explica Ibán Álvarez, aunque añade que todavía están esperando a ver cómo se desarrolla la tecnología antes de poner en marcha torres de control en aeropuertos medianos españoles. “AENA está dispuesta a ver cómo sería la implantación, viabilidad técnica y de factor humano, porque es una opción interesante, pero muy novedoso y todavía no hay pruebas suficientes”.
Y confirma a Hispaviación que aunque “de momento no hay mucho avance al respecto”, el pasado noviembre AENA, ENAIRE e INDRA llevaron a cabo una prueba al respecto en el aeropuerto de Gerona, que fue esencialmente positiva.
Dispuestos a estudiar la contingencia de las torres de control remotas, estos tres organismos eligieron Gerona por su tráfico medio, con vuelos regulares y distintos tipos de tráfico, desde aviones comerciales a pequeñas avionetas.
“Hay muchas cosas positivas que no se han dicho, por ejemplo, el zoom binocular de la cámara, mucho más preciso que unos binoculares normales”, menciona Ferrández sobre las posibilidades de las torres de control remotas. El hecho de observar unas pantallas digitales en lugar de a través de un cristal ofrece ventajas como unas “etiquetas de traza” sobre aviones determinados, visión aumentada, identificación de objetos que hayan caído sobre la pista o cámaras térmicas e infrarrojas. Sin embargo, todavía hay “elementos que pulir”: Cansa más al ojo observar una pantalla que directamente por la ventana, se generan errores en el solapamiento de las cámaras –un avión puede parecer más largo de lo que es- o podrían darse pequeños retrasos de varios segundos entre la imagen y la realidad, entre otros problemas.