Los pilotos de aviación más heroicos de la historia reciente
El incidente Yakarta
Hace referencia a un incidente aéreo ocurrido en 1982 durante un vuelo regular de British Airways entre Londres-Heathrow y Auckland. El avión penetró en una nube de ceniza volcánica procedente de la erupción del Monte Galunggung (situado a unos 180 km al sureste de Yakarta, Indonesia) y tuvo como consecuencia la parada de los cuatro motores propulsores de la aeronave. El capitán Eric Moody se dirigió a los pasajeros con estas palabras, según recuerda The Telegraph: «Señoras y señores, les habla su capitán. Tenemos un pequeño problema. Los cuatro motores se han parado. Estamos haciendo todo lo posible por volver a ponerlos en marcha. Espero que esto no les genere una gran angustia». La aeronave fue desviada a Yakarta con la esperanza de que los motores pudieran ser encedidos de nuevo antes del aterrizaje en el aeropuerto de dicha ciudad. Finalmente, el aparato fue capaz de planear lo suficiente para escapar de la nube de ceniza y todos los motores pudieron ser encendidos de nuevo.
Vuelo 5390 de British Airways
Sucedió en 1990. El capitán Tim Lancaster y el primer oficial Alistair Atchison pilotaban el vuelo 5390 de British Airways, un BAC 1-11, desde Birmingham a Málaga. Durante el ascenso, al alcanzar una altitud de 5.300 m, el servicio de comida comenzaba a servirse cuando el parabrisas del lado del capitán se desprendió. La ventana succionó literalmente al capitán, Tim Lancaster. Su cabeza y su torso estaban al aire libre, mientras sus piernas permanecían dentro, con los asistentes de vuelo agarrándolo. El copiloto Alastair Atchison hizo un descenso de emergencia. Lancaster fue tratado por congelación, shock y un brazo roto.
El milagro del Hudson
El 15 de enero de 2009, Chesley Sullenberger, conocido como capitán Sully, salvó 155 vidas. El piloto, con 30 años de experiencia, amerizó un Airbus 320 sobre las heladas aguas del río Hudson de Nueva York, una acción que los medios locales bautizaron como «el milagro del Hudson». «Sully» y su copiloto Jeff Skiles estuvieron en el foco de una intensa investigación durante año y medio: «Tuvimos que demostrar que habíamos hecho lo correcto, que habíamos tomado las decisiones adecuadas».
El incidente de Windsor
El 96 de American Airlines fue un vuelo realizado por un McDonnell Douglas DC-10-10 desde Los Ángeles a Buffalo, Nueva York, con escala en Detroit. El 12 de junio de 1972 la aeronave sufrió una descompresión explosiva provocado por el desprendimiento de la puerta de carga, mientras volaba sobre Windsor, Ontario. El capitán Bryce McCormick pensó que el avión había sufrido una colisión en el aire. Declaró una emergencia, mientras que los asistentes de vuelo ayudaban a los pasajeros con las máscaras de oxígeno (las máscaras no se desplegaron porque el avión estaba por debajo del límite de 14.000 pies). El avión regresó a Detroit y aterrizó con seguridad.
Vuelo 143 de Air Canada
El 23 de julio de 1983, el Vuelo 143 de Air Canada, un Boeing 767-200, se quedó sin combustible a una altitud de 12.500 m, casi a media distancia de su vuelo desde Montreal a Edmonton, Canadá. Al parecer, se debió a un error de recarga de combustible causado por un reciente cambio al sistema métrico. La tripulación, con el capitán Bob Pearson al frente, fue capaz de planear el avión a un aterrizaje de emergencia en el Gimli Industrial Park Airport, una antigua base de la Fuerza Aérea de Canadá en Gimli, Manitoba.
Vuelo 243 de Aloha Airlines
El 243 de Aloha Airlines fue un vuelo entre el aeropuerto de Hilo y el de Honolulú, ambos en de Hawaii, que al alcanzar la altitud de crucero el 28 de abril de 1988, sufrió una descompresión explosiva que provocó que parte del techo de la cabina se desprendiera. Una de las azafatas fue barrida de su asiento por la presión, y murió en el exterior. El piloto Robert Schornstheimer realizó un aterrizaje de emergencia trece minutos después en el aeropuerto de Kahului.
Vuelo 38 de British Airways
El 38 de British Airways era un vuelo entre el aeropuerto de Pekín (China) y Heathrow (Londres), que sufrió un incidente a las 12:42 hora local del 17 de enero de 2008 al aproximarse al aeropuerto inglés. Sus motores no respondieron a la demanda de la tripulación de impulso adicional. Una acumulación de cristales de hielo en sus líneas de combustible había causado una restricción en el flujo de combustible. El piloto John Cowardaterrizó el avión a unos 270 metros de la pista. Solo un pasajero sufrió una lesión grave.
Vuelo 780 de Cathay Pacific
El Vuelo 780 de Cathay Pacific (de Surabaya, en Indonesia, a Hong Kong, el 13 de abril de 2010) transportaba a 309 pasajeros y trece tripulantes. Cuando estaba próximo a Hong Kong la tripulación fue incapaz de cambiar el empuje de los motores. El avión aterrizó al menos al doble de velocidad que la de un aterrizaje normal, sufriendo daños menores. 57 pasajeros resultaron heridos durante la evacuación del avión por las rampas, uno de ellos de gravedad. Los pilotos Malcolm Waters y David Hayhoe recibieron el Premio Polaris -de la Federación Internacional de Asociaciones de Pilotos de Líneas Aéreas- por su heroísmo.
El caso del vuelo QF32
El 4 de noviembre de 2010, el A380 Nancy Bird-Walton de Qantas, con 469 pasajeros y tripulantes a bordo, despegó de Singapur rumbo a Sidney para realizar el vuelo QF32. A los cuatro minutos del despegue, explotó el motor número 2, dañando un ala y causando un incendio en el depósito de combustible. El capitán Richard Champion de Crespigny, que también recibió el Premio Polaris, logró aterrizar el aparato en el aeropuerto de Singapur. Nadie resultó herido. El propio piloto ha contado la historia en este libro.
Fuente: Artículo original en ABC