La “remontada reputacional” del aeropuerto de Castellón se mide en cifras
MARÍA PITARCH, 11/12/2016. La “remontada reputacional” del aeropuerto de Castellón a la que hacía alusión hace unos días Francesc Colomer, presidente del consejo de administración de la promotora de la instalación, Aerocas, se mide en cifras. Las de volumen de viajeros: más de 120.000 desde su apertura al tráfico, en septiembre de 2015; y de compañías y destinos: las low cost Ryanair y Blue Air cubren cuatro rutas regulares (dos a Reino Unido, una a Bulgaria y otra a Rumanía), pero también las relativas al número de negocios que poco a poco van llenando de vida, y servicios, la única terminal del calificado durante años como el “aeropuerto fantasma”.
El aeropuerto de Castellón, proyecto impulsado por el expresidente de la Diputación y del PP provincial Carlos Fabra, que cumple en la actualidad una condena a cuatro años de cárcel por fraude fiscal, recibió los primeros vuelos regulares en septiembre de 2015. Justo cuatro años y medio después de la inauguración oficial del bautizado como “aeropuerto sin aviones” –ni siquiera se había solicitado la autorización para la navegación aérea- y tras haber ocupado decenas de titulares en la prensa nacional e internacional como ejemplo de despilfarro ligado, entre otros, a sus más de 150 millones de euros de coste.
Un legado de mala praxis que sigue coleando en la actualidad -el propio Carlos Fabra declarará el 31 de enero por un presunto delito de cohecho en uno de los patrocinios del aeropuerto, cuando la infraestructura estaba a años luz de estar operativa- pero que va superándose con el trasiego de viajeros por la pequeña terminal que se erige en este rincón de interior, en plena comarca de La Plana Alta.
El aeropuerto gestionado por la firma canadiense SNC-Lavalin, que explotará esta infraestructura hasta 2033 por 24,5 millones de euros, abonados por la Generalitat –dueña del 99% de acciones de Aerocas- en los diez primeros años de concesión, en cuotas anuales con un tope máximo de 4,5 millones, ha contabilizado entre enero de 2016 y principios de este mes de diciembre más de 99.100 pasajeros. Desde la apertura al tráfico supera los 120.000, según han informado a EL PAÍS desde Aerocas.
La infraestructura batió el pasado mes de octubre el récord mensual de pasajeros, con 12.955, una cifra que ha caído hasta los 8.637 viajeros en noviembre, debido a la interrupción de la ruta que conecta con Bristol, inoperativa durante los meses de invierno. Aún así, el volumen de viajeros el pasado mes dobló al registrado en noviembre de 2015, con 4.515 usuarios. En diciembre se prevé un nuevo pico en la cifra de viajeros con el refuerzo de vuelos a Londres por parte de Ryanair con motivo de la campaña navideña.
La primera compañía en aterrizar en Castellón fue Ryanair. La aerolínea de bajo coste irlandesa cubre en la actualidad tres rutas con vuelos regulares a Londres y Sofía, operativas todo el año, y a Bristol, limitada al periodo estival. Por su parte, la rumana Blue Air, también low cost, conecta la capital de La Plana con Bucarest desde el pasado 1 de junio e incorporará un tercer vuelo semanal a partir de 2017.
Junto a estos vuelos regulares, las instalaciones reciben también de manera periódica vuelos chárter de equipos de fútbol, como el Villarreal CF. Además, la compañía chárter Five Airways tiene en el aeropuerto su base, donde estaciona su Yak 42, una nave de fabricación rusa con capacidad para 110 pasajeros.
Desde Aerocas recuerdan que de cara al año que viene está confirmada la llegada de 5.000 turistas austriacos a través de los cuatro aviones que aterrizarán semanalmente en Vilanova-Benlloch durante los meses de mayo y junio procedentes de Salzburgo y con Peñíscola como destino vacacional. Señalan además que está abierta la posibilidad de una operativa con Polonia, aunque todo dependerá del nivel de reservas.
Las negociaciones con otras aerolíneas y turoperadores siguen abiertas, aunque de momento SNC-Lavalin no ha avanzado detalles, como tampoco lo ha hecho de las conversaciones, y su nivel de acuerdo, en torno a la terminal de carga de mercancías solicitada por empresarios del ámbito portuario para abrir el aeropuerto a otro tipo de desplazamientos.
Por otro lado, Aerocas y la Agencia Valenciana de Turismo, junto a Lavalin, han participado en varias misiones comerciales, como la que ha permitido abrir negociaciones con una aerolínea para estudiar una posible conexión con Munich, que no se ha concretado todavía.
Fuente: Artículo original en EL PAÍS