¿Habrá otoño caliente en los aeropuertos españoles?
Es un hecho incontestable que la crisis, unida a la desastrosa privatización del 49% de AENA que ha supuesto una pérdida multimillonaria a las arcas públicas, ha traído consigo la degradación de las condiciones laborales de los trabajadores del Grupo.
La pérdida de poder adquisitivo de alrededor de un 8% desde el año 2010 llama la atención teniendo en cuenta los extraordinarios resultados económicos del Grupo, y parece que los trabajadores han llegado a su límite de paciencia.
Así, los sindicatos CCOO, UGT y USO, apoyados públicamente por CSIF, tenían la intención de convocar 25 jornadas de huelga a partir del 15 de septiembre en todas las dependencias de AENA reivindicando mejoras salariales, así como un plan de empleo y una tasa de reposición que supondría la contratación de 450 trabajadores en AENA y 250 en ENAIRE. Pero hoy han decidido posponer dicha convocatoria atendiendo a la petición del Ministerio de tener más tiempo para negociar.
La errática gestión del presidente de AENA, José Manuel Vargas, quien se encuentra en sus horas más bajas en su relación con el Ministerio de Fomento, tiene visos de llevar a la empresa semipública a un callejón sin salida en un escenario de récords absolutos de turistas y operaciones aéreas, y es probable que, si el Gobierno no toma cartas en el asunto, nos encontremos con un otoño en el que la conflictividad social, y por tanto los retrasos aéreos, se extiendan por todos nuestros aeropuertos.