Los controladores aéreos de Barcelona aplazan la convocatoria de huelga en verano para dar tiempo al nuevo Gobierno
Tiempo. Eso es lo que la Asamblea de controladores aéreos de Barcelona ha decidido dar al nuevo ministro de Fomento tras tomar posesión del cargo esta misma mañana. Los trabajadores del Centro de Control catalán se encuentran inmersos en un conflicto con ENAIRE por la falta de descanso, la fatiga estructural que afecta a todo el colectivo a nivel nacional, los incumplimientos del Convenio Colectivo y el envejecimiento e insuficiencia estructural de la plantilla.
Todo el sector estaba pendiente de la Asamblea que se ha producido esta mañana en la dependencia barcelonesa, vital para el normal funcionamiento del transporte aéreo en España y totalmente clave para el mantenimiento del crecimiento del turismo, sobre todo en la época estival. La previsión de convocatoria de varias jornadas de huelga durante el verano tiene en jaque tanto a hoteleros como a compañías aéreas como, por supuesto, a los millones de pasajeros que tienen previsto pasar por nuestros cielos durante estos próximos meses.
Una situación enquistada
Los trabajadores llevan años reclamando la normalización de su jornada laboral, única en toda Europa y muy por encima de la media de los países de nuestro entorno, con jornadas interminables y ciclos de trabajo kafkianos en los que se dan casos extremos, cada vez más habituales, de controladores que llegan a descansar sólamente tres días completos en un mes. Tres días.
La fatiga, los récords en el crecimiento del tráfico aéreo, los abusos de ENAIRE en la programación de servicios y la preocupante carencia de controladores habían convertido el Centro de Control de Barcelona en el ojo del huracán, con unos controladores aéreos al límite de sus fuerzas, agotados y desmotivados por un aumento exponencial (más de un 500%) de los llamados «ciclos extendidos», en los que llegan a descansar un sólo día completo de cada trece.
El principio de acuerdo, en el aire
Existía sobre la mesa del Secretario de Estado saliente un principio de acuerdo que podría reconducir la situación y evitar las jornadas de huelga previstas, tras unas duras negociaciones con la entidad pública en las que las posturas fueron acercándose muy poco a poco con el transcurso de los días. Ahora, todo queda en el aire y la incertidumbre vuelve a los cielos españoles con la entrada del nuevo Gobierno.
Queda por ver si los nombramientos del Ministro Ábalos caminan en la dirección de empezar por fin a escuchar la voz de estos profesionales que llevan sobre sus espaldas años de sobrecargas de trabajo y fatiga estructural, de nula conciliación familiar y social, de desprecios y actitudes dictatoriales y de sufrir una situación laboral que dura ya demasiado tiempo.
Ilusión y esperanza con la llegada del nuevo Ministro
Según nuestras fuentes, la decisión de la Asamblea de controladores de Barcelona lleva implícita una sensación de esperanza en que por fin, con el nombramiento de José Luis Ábalos como Ministro de Fomento, los derechos de estos profesionales vitales para la economía del país empiecen a verse reconocidos. El talante del Ministro entrante parece que así lo indica: dialogante y conciliador, con visión de futuro (de esto ha dado buena prueba los últimos meses) y dispuesto a solucionar problemas, no a crearlos.
Ante la desconfianza permanente que arrastran estos trabajadores desde hace años con respecto a los políticos bajo los que les ha tocado trabajar, se ha impuesto una sensación de ilusión por la llegada del nuevo equipo, de que por fin se va a poder hablar y discutir, y tal vez, normalizar su situación laboral, familiar y social y poder ir a trabajar motivados y con un recuperado sentido de pertenencia a una empresa y un proyecto del que depende gran parte de la recuperación económica de España.
Para esto, que no es poco, los controladores aéreos de Barcelona han dado el primer paso, que es darle al nuevo Ministro lo que ahora necesita: un poco de tiempo.